La agricultura sintrópica es una propuesta de lectura de ecosistemas diferente al modelo convencional

Imagen de Ines Álvarez Fdez en Unsplash
La agricultura sintrópica es el término asignado a un sistema agrícola agroforestal basado en el concepto de sintropía. Se caracteriza por la organización, integración, equilibrio y conservación de la energía en el medio ambiente. Este aspecto agrícola busca inspirarse en la dinámica natural de ecosistemas que no han sufrido interferencia humana para un manejo sustentable.
Desarrollo de la agricultura sintrópica
La agricultura sintrópica fue idealizada y difundida por el agricultor e investigador Ernst Götsch en 1948. Mientras trabajaba en la investigación sobre mejoramiento genético, Ernst comenzó a cuestionar si ya no era sensato mejorar las condiciones de vida de las plantas, en lugar de alterarlas genéticamente para que sobreviviría a la escasez de nutrientes y a condiciones climáticas no ideales. Así, comenzó a reorientar su trabajo hacia el desarrollo de una agricultura sostenible.
Ernst Götsch llegó a Brasil en 1982 y dos años después adquirió la Finca “Fugidos da Terra Seca”, ubicada en Bahía. La propiedad es conocida como Finca “Olhos D'água”, por la cantidad de manantiales que fueron recuperados a través del trabajo sintrópico desarrollado.
En este sistema, las plantas se cultivan en consorcio y se disponen en líneas paralelas, intercalando especies de diferentes tamaños y características, buscando el máximo aprovechamiento del terreno y teniendo en cuenta el mantenimiento y reintroducción de especies autóctonas. El ciclo de tiempo de los consorcios es también un factor fundamental para el buen funcionamiento de este modelo, así como la comprensión del mecanismo de sucesión ecológica en un bosque no modificado.
La idea general de la agricultura sintrópica es acelerar el proceso de sucesión natural mediante dos técnicas: deshierbe selectivo, removiendo las plantas nativas pioneras cuando están maduras, y podando árboles y arbustos, para luego distribuirlos sobre el suelo como fertilizante, proporcionando mayor disponibilidad de nutrientes. a él.
Los productos químicos u orgánicos que no se originan en el área cultivada tampoco se utilizan en la agricultura sintrópica. Los insectos y organismos vivos que pueblan las áreas de cultivo son vistos como signos de deficiencias en el sistema y ayudan al productor a comprender las necesidades o fallas de ese cultivo.
En un cultivo convencional, a medida que tiene lugar el ciclo de siembra y cosecha, el suelo se degrada y pierde sus nutrientes. En el caso de la agricultura sintrópica ocurre lo contrario, a medida que ocurren los ciclos de siembra se produce un enriquecimiento del suelo por la disponibilidad de materia orgánica remanente de los cultivos.
Principios prácticos de la agricultura sintrópica
Alta biodiversidad
La gran diversidad de especies vegetales es un sello distintivo de la agricultura sintrópica. La elección de las especies que componen el sistema sigue la dinámica y lógica de la sucesión natural. Los consorcios deben ser bastante diversificados, conteniendo especies de todos los estadios sucesionales, en el camino hacia el clímax de la vegetación natural del lugar. El buen funcionamiento del agroecosistema está íntimamente ligado a la composición completa de los consorcios, lo que permite aprovechar los espacios verticales y horizontales y las interacciones beneficiosas entre especies.
Las especies se seleccionan para cumplir diferentes funciones en el sistema, no solo por retorno económico, como en los cultivos convencionales. Algunas especies se introducen para brindar servicios al agroecosistema, como la producción de biomasa para cubrir o fertilizar el suelo.
Los estudios muestran que la diversificación de los sistemas productivos favorece el control biológico natural de las plagas, disminuyendo las poblaciones de insectos herbívoros y dificultando la localización de las plantas hospedadoras por estos insectos.
Estratificación
En la agricultura sintrópica, en lugar de competir, las especies cooperan entre sí, si se plantan en el momento y el espacio adecuados. El momento se refiere al principio de sucesión. El espacio, por su parte, está relacionado con la demanda de luz de cada especie en su fase adulta, por lo que ocupa una determinada posición en los bosques naturales.
La estratificación, entendida como la ocupación del espacio vertical en agroforestería, es la estrategia para eliminar la competencia por la luz entre plantas. La posición vertical que ocupa cada especie en un consorcio agroforestal se determina en función de sus características fisiológicas y morfológicas, según lo requieran la luz, la altura y el ciclo de vida.
De esta forma, las especies se clasifican en estratos denominados bajo, medio, alto y emergente, siendo el último el tope de la agrosilvicultura. Se proyecta que la agroforestería tenga, en cada etapa de su vida, plantas que ocupen los diferentes estratos.
La estratificación permite una mayor ocupación del área, maximizando el uso de la luz solar por parte de las plantas y aumentando la fotosíntesis y la producción de biomasa por área. Además de eliminar la competencia por la luz, la estratificación favorece la cooperación entre especies. Las especies más exigentes de luz deben ocupar las posiciones superiores de la agrosilvicultura, mientras que aquellas que toleran o prefieren ambientes más sombreados se benefician de la cobertura que brindan las plantas en los estratos superiores.
Sucesión
La sucesión propuesta por Ernst Götsch se resume en el establecimiento de consorcios sucesivos, siendo necesario comprender la dinámica espacial y temporal de la especie en condiciones naturales. En cada consorcio, se recomienda introducir plantas que pertenezcan a diferentes estratos y que tengan diferentes ciclos de vida y alturas. Se pueden utilizar varias combinaciones de especies, que dependerán de las demandas del mercado, la disponibilidad de plántulas, semillas y mano de obra y el relieve local y las condiciones climáticas.
Cobertura del suelo
Otro principio de la agricultura sintrópica es cubrir el suelo con la poda de las especies plantadas para tal fin. Entre los posibles beneficios de agregar residuos orgánicos al suelo, se encuentran la mejora de la fertilidad, la reducción de las oscilaciones térmicas y la evaporación del agua, el aumento de la actividad microbiana y la eliminación de plantas invasoras.
Beneficios de la agricultura sintrópica
Todos estos principios prácticos de la agricultura sintrópica tienden a generar cambios positivos en el ecosistema, como aumento de la biodiversidad, mejora de la estructura del suelo, mayor retención de nutrientes en el suelo, cambios en el microclima y favorecimiento del ciclo del agua.
El modelo también demostró ser económicamente viable, ya que la producción requiere poca inversión. Esto se debe a que el área requiere un mínimo de riego y no utiliza productos químicos en su mantenimiento. El consorcio de diferentes tipos de especies, con diferentes tiempos de cosecha, también beneficia al agricultor, quien constantemente obtiene una fuente de ingresos.