HFC: sustituto de CFC, el gas también tiene impactos

Las emisiones de hidrofluorocarbonos (HFC) son una de las principales razones del aumento desproporcionado de la temperatura de la Tierra

los aerosoles pueden contener hfc

Imagen: Vadim Fomenok en Unsplash

Los hidrofluorocarbonos (HFC) son gases de efecto invernadero fluorados artificiales que se acumulan rápidamente en la atmósfera. Comenzaron a utilizarse como sustitutos de los CFC para aire acondicionado, refrigeración, retardadores de llama, aerosoles y disolventes. A pesar de representar una pequeña fracción de los gases de efecto invernadero actuales, el impacto es particularmente fuerte en el calentamiento atmosférico y, si no se controlan, estos contaminantes climáticos de corta duración podrían ser responsables de casi el 20% de la contaminación climática para 2050.

El efecto invernadero es un proceso que mantiene caliente al planeta y, de esta forma, hace posible la vida y no solo los glaciares en la Tierra. Pero el mayor peligro radica en la aceleración de este proceso, provocado por la actividad humana. Actividades como la deforestación de bosques y la emisión de gases de efecto invernadero han sido decisivas en el desequilibrio del balance energético del sistema atmosférico de la Tierra, generando mayor retención energética y calentamiento global. Los HFC forman parte del grupo de gases de efecto invernadero liberados por acción antrópica que aceleran el aumento de temperatura, aunque se utilizan para mitigar el impacto de los CFC en la capa de ozono.

Cuando se trata del cambio climático, el dióxido de carbono es el mayor villano de la historia. Sin embargo, la emisión de otros gases, como el clorofluorocarbono (CFC), también es responsable de dicha aceleración, ya que contribuye a la destrucción de la capa de ozono. Como resultado, el 16 de septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, donde se acordó la prohibición gradual del CFC y su sustitución por otros gases que no dañen la capa de ozono.

A partir de este nuevo escenario, el mercado tuvo que adaptarse a la nueva realidad y buscar alternativas. Se utilizaron clorofluorocarbonos (HCFC) que, al igual que los CFC, se utilizan para la refrigeración (congeladores de supermercados, refrigeradores, refrigeradores, etc.) y son mucho menos dañinos para la capa de ozono, pero siguen causando daños. Posteriormente, los HCFC fueron reemplazados por hidrofluorocarbonos, HFC, que están libres de cloro y por lo tanto no dañan la capa de ozono.

Sin embargo, lo que parecía ser una solución terminó, con el tiempo, mostrando limitaciones. Los gases HFC interactúan con otros gases de efecto invernadero, contribuyendo al desequilibrio del calentamiento global.

Hidrofluorocarbonos (HFC)

La liberación de hidrofluorocarbonos a la atmósfera durante la segunda mitad del siglo XX fue una de las razones del aumento desproporcionado de la temperatura de la Tierra (como lo atestigua el video al final de la historia). El potencial individual y colectivo de los HFC para contribuir al cambio climático en la superficie de la Tierra se puede ver en su eficiencia radiactiva, fuerza radiactiva y / o potencial de calentamiento global (GWP), que es mucho mayor que el del dióxido. de carbono.

Los investigadores advierten que el mayor uso de gas HFC puede complicar el problema en relación con el calentamiento global, generando una variedad de impactos potencialmente graves, como el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar y los océanos, daños a la agricultura, desertificación de áreas naturales. , aumento de desastres naturales como huracanes, tifones y ciclones, entre otros diversos obstáculos.

La expectativa es que, solo en Estados Unidos, el uso de HFC se duplicará para 2020 y se triplicará para 2030. Si no hay cambios en la emisión de este gas, será responsable del 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a mediados de siglo. XXI. Esto significaría que el objetivo de limitar el aumento de temperatura en la Tierra a 2 ° C por encima de las tasas de principios del siglo XX (como recomiendan los científicos) sería imposible de lograr.

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Los gases HFC también pueden influir en la temperatura de la estratosfera, la atmósfera y la troposfera, y son responsables de un aumento de la temperatura de la tropopausa tropical (capa intermedia entre la estratosfera y la troposfera) de 0,4 Kelvin (K).

Si, por un lado, el agujero en la capa de ozono ha ido disminuyendo desde el Protocolo de Montreal, la temperatura del planeta ha aumentado descontroladamente en las últimas décadas debido (entre otros factores) a la emisión de los llamados hidrocarburos halogenados (entre ellos los CFC y los HFC).

Así, para erradicar este problema, en octubre de 2016 se llegó a un acuerdo con casi 200 países en Quigali, capital de Ruanda, que tiene como objetivo la eliminación progresiva de los hidrofluorocarbonos (HFC).

El calendario adoptado prevé que un primer grupo de países, los denominados países desarrollados, reducirán su producción y consumo de HFC en un 10% antes de finales de 2019 en comparación con los niveles de 2011-2013, y en un 85% antes de 2036.

Un segundo grupo de países en desarrollo, incluido China, el mayor productor mundial de HFC, Sudáfrica y Brasil, se comprometieron a comenzar su transición en 2024. Se espera que logren una reducción del 10% de los niveles. de 2020-2022 a 2029 y de 80% a 2045.

Un tercer grupo de países en desarrollo, entre ellos India, Pakistán, Irán e Irak, tendrá una reducción del 10% en relación al período 2024-2026 en 2032 y del 85% en 2047.

Como los hidrofluorocarbonos son parte de los llamados contaminantes climáticos de vida corta y permanecen en la atmósfera durante cinco a diez años, los expertos creen que su erradicación tendrá efectos inmediatos en la reducción del calentamiento global. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el acuerdo alcanzado en Kigali evitará un aumento de la temperatura global a finales del siglo XXI de hasta 0,5 ° C.

Alternativas

Está claro entonces que el gas HFC y otros gases que contribuyen al calentamiento global son motivo de preocupación, y las necesidades humanas deben equilibrarse con la seguridad ambiental.

Según Paula Tejón Carbajal, de la ONG Greenpeace, el acuerdo de Kigali solo tendrá éxito si la comunidad internacional elige soluciones de cambio que preserven el medio ambiente.

Uno de los resultados de este acuerdo fue la confirmación por parte de algunos países participantes de financiar un compromiso para esta transición. Además, varias empresas europeas han sustituido el uso de HFC por hidrocarburos de bajo potencial de efecto invernadero, en particular ciclopentano e isobutano.


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