Purificadores de aire: qué son y su cuidado

Es necesario estar atento en el momento de la compra y en la limpieza del filtro, además de cambiar esta parte periódicamente. Ver más sugerencias

El sentido común diría que el aire del exterior de la casa está más contaminado que el aire del interior. Con la contaminación de los gases de escape de los automóviles y las chimeneas de la industria, es normal creer que lo mejor es protegerse en su propia casa, lejos de este tipo de amenaza para la salud.

Pero esta no es la situación. Dentro de nuestras casas estamos expuestos a una mayor cantidad de contaminantes que en el ambiente externo. Como se muestra en otros materiales de eCycle, en interiores estamos expuestos a varios compuestos químicos tóxicos, como contaminantes orgánicos persistentes (COP), compuestos orgánicos volátiles (COV), bisfenol-A (BPA), compuestos perfluorados (PFC). , fluoropolímeros, ftalatos e incluso metales pesados. Todos estos compuestos se pueden encontrar en diversos productos de nuestro día a día.

Todo ello sin contar el material particulado, moho, bacterias, virus, pelos de animales, restos de insectos y todo tipo de suciedad que se pueda imaginar. Aunque encuentres todo esto fuera de tu casa, la gran diferencia es que, en la calle, la suciedad puede dispersarse gracias al viento, a diferencia de lo que ocurre en el interior.

Solucionar el problema

La forma más eficiente de mejorar la calidad del aire en los hogares es mediante el uso de dispositivos purificadores de aire. Las principales funciones de este tipo de equipos son combatir alergias, asma, microbios, polvo, olores, humo y productos químicos. Hay cinco tipos diferentes disponibles en el mercado.

El primero y más simple es el filtro. Generalmente se encuentra en acondicionadores de aire y sistemas de ventilación y calefacción, purifica el aire que pasa a través de él. Las impurezas quedan atrapadas en el propio filtro, generalmente hecho de espuma, algodón, fibra de vidrio y otras fibras sintéticas. Aunque algunos filtros son lavables, la mayoría de ellos deben cambiarse de vez en cuando, lo que conduce a la generación de residuos que no siempre son reciclables.

El más eficiente de todos los tipos de purificadores es el filtro HEPA: filtro de aire de partículas de alta eficiencia, en traducción libre. Se puede fabricar con cualquier tipo de material, siempre que cumpla con las especificaciones del Departamento de Energía de EE. UU. (DOE), que requiere el filtrado del 99,97% de partículas de hasta 0,3 micrómetros de diámetro.

El segundo tipo utiliza una tecnología basada en radiación ultravioleta (UV). Los estudios demuestran que los rayos ultravioleta tienen la capacidad de destruir bacterias, gérmenes y virus presentes en el aire. Su desventaja es que es muy específico, no combatiendo todas las impurezas presentes en el aire. Sin embargo, esta tecnología se puede asociar a otros tipos de depuradores.

Otro tipo utiliza agentes adsorbentes (distintos de los absorbentes), como el carbón activado, como filtro. Gracias a la porosidad de estos materiales, las partículas relativamente grandes quedan atrapadas en la estructura del agente, asegurando que el aire sea más puro. El tipo de tratamiento que se le da al adsorbente durante su fabricación es crucial para evaluar qué tipos de compuestos pueden ser filtrados por él.

Los dos últimos tipos de depuradores son los más controvertidos. El primero es el depurador ionizante, que mediante la emisión de un campo electromagnético transforma las moléculas en iones, que a su vez se unen con los demás iones formados por el depurador. La idea es que, cuando se juntan, las moléculas de suciedad caen al suelo.

El problema es que no existen pruebas que demuestren que los dispositivos ionizantes realmente purifiquen el aire. La discusión sobre el tema terminó dando lugar a una batalla legal entre la revista Consumers Union, que realizó pruebas que demostraban la ineficacia de estos purificadores, y un fabricante de estos productos.

El mismo problema se encuentra en los purificadores que generan ozono. Al igual que con el ionizador, este purificador también altera la estructura molecular de los componentes presentes en el aire. En este caso, transforma el oxígeno presente en el ambiente (O ²) en ozono (O ³). Aunque los fabricantes afirman que el O ³ desodoriza y desinfecta el aire, no hay evidencia científica para ello.

El ozono es un gas extremadamente tóxico y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) no recomienda el uso de este tipo de purificador.

En Brasil, la presencia de este tipo de producto en el mercado es algo confusa. Recuerde que los aromatizantes, que hacen que el ambiente sea más agradable de oler, no son purificadores de aire y pueden contener sustancias tóxicas.

Muchos no saben qué son los purificadores de aire. Los humidificadores, que se venden comúnmente como purificadores, tampoco entran en esta categoría. Simplemente hacen que el ambiente sea más húmedo, más adecuado para personas con problemas respiratorios.

Luchando contra el problema

También es importante prevenir y prevenir la acumulación de suciedad y productos tóxicos dentro de tu hogar, especialmente si no tienes acceso a un purificador de aire.

Lo primero que debe hacer es deshacerse de la fuente de contaminantes. Evita que surjan hongos y limpia los lugares más susceptibles de tu hogar. No fume ni prepare alimentos que puedan producir una gran cantidad de humo dentro de su hogar. Si el problema es el pelo de animales, restrinja su presencia a lugares específicos de su hogar.

Aspire toda su casa, incluidas las alfombras, los armarios y los lugares de difícil acceso, al menos una vez a la semana y empaque sus colchones con plástico para evitar que se acumulen sustancias alergénicas dentro de su hogar. De hecho, no basta con aspirar las alfombras. Se recomienda batirlos tres o cuatro veces al año para asegurarse de que estén libres de bacterias, microorganismos y polvo.

Deje las ventanas abiertas para que circule el aire y, si tiene acondicionadores de aire o purificadores de aire en su hogar, cambie los filtros con regularidad.

Como siempre, pequeñas medidas como estas son muy importantes para una vida más sana. ¿Tiene algún otro consejo? ¡Dejalo en los comentarios de abajo!

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