Entender que es la agricultura regenerativa

La agricultura regenerativa es un método que propone recuperar ecosistemas

Agricultura regenerativa

Imagen: Jan Kopřiva en Unsplash

El término “agricultura regenerativa” fue acuñado por el estadounidense Robert Rodale, quien utilizó teorías de jerarquía ecológica para estudiar los procesos de regeneración en sistemas agrícolas a lo largo del tiempo. Es un concepto ligado a la posibilidad de producir recuperando el suelo. Su propuesta tiene como objetivo la regeneración y el mantenimiento de todo el sistema de producción de alimentos, incluidas las comunidades rurales y los consumidores. Esta regeneración de la agricultura debe tener en cuenta, además de los aspectos económicos, cuestiones ecológicas, éticas y de igualdad social.

Las prácticas agrícolas convencionales, el cultivo de cultivos y ganado, así como la deforestación, son responsables de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Los efectos de la agricultura industrial son bastante visibles, desde la zona muerta en el Golfo de México hasta los incendios forestales en la Amazonía.

Si bien la agricultura orgánica ha tenido un impacto positivo en el planeta, se puede hacer más para reducir la huella de carbono global adoptando la agricultura regenerativa.

La historia del movimiento de agricultura regenerativa

La agricultura orgánica formó la base del movimiento de agricultura regenerativa estadounidense. La agricultura orgánica, un término que surgió en la década de 1940, se le otorga comúnmente a JI Rodale del Instituto Rodale. Las prácticas de agricultura orgánica también se utilizan en la agricultura regenerativa, incluido el uso reducido de pesticidas, herbicidas y fertilizantes.

A medida que el movimiento orgánico creció en la década de 1970, los agricultores comenzaron a dedicar un área cultivada a cultivos orgánicos. Cuando vieron los beneficios económicos de la reducción del uso de productos químicos mientras mantenían rendimientos similares a los de la agricultura convencional, implementaron algunas prácticas adicionales.

En la década de 1980, los productores de maíz y soja en el medio oeste de los Estados Unidos enfrentaron una crisis agrícola debido al deterioro del rendimiento del suelo. Para afrontarlo, estos agricultores redujeron el arado del suelo y utilizaron cultivos de cobertura para tratar de rehabilitar la tierra. Al mismo tiempo, los productores convencionales comenzaron a producir orgánicos, aumentando el volumen de productos.

En este contexto, Robert, hijo de JI Rodale, decidió dar un paso adelante en la agricultura orgánica, acuñando el término “orgánico regenerativo”. Este enfoque holístico de la agricultura se basa en los principios de la agricultura orgánica combinados con la salud del suelo y las prácticas de gestión de la tierra que imitan la naturaleza. Las principales prácticas de agricultura regenerativa son:

  • Rotación de cultivos o cultivo sucesivo de más de una planta en la misma tierra;
  • Cubrir el cultivo o la siembra durante todo el año, para que la tierra no se quede en barbecho durante la temporada baja, lo que ayuda a prevenir la erosión del suelo;
  • Cultivo conservador o menos arado de campos;
  • Pastoreo de ganado, que estimula naturalmente el crecimiento de las plantas;
  • Disminución del uso de fertilizantes y plaguicidas;
  • Ningún uso (o limitado) de Organismos Genéticamente Modificados para promover la biodiversidad;
  • Bienestar animal y prácticas laborales justas para los productores.

Beneficios de la agricultura regenerativa para el medio ambiente

El cuidado del suelo es un aspecto importante de la agricultura regenerativa. Gracias a sus prácticas, es posible recuperar suelos empobrecidos y garantizar su buen uso. En este contexto, la agricultura regenerativa valora los microorganismos presentes en el suelo, ya que son fundamentales para el mantenimiento de la tierra. Por tanto, uno de los mecanismos de este tipo de agricultura es el desarrollo y uso de biofertilizantes preparados con materiales naturales, que luego se ponen a disposición del agricultor. Estos biofertilizantes enriquecen el suelo y benefician al cultivo con microorganismos.

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Los microorganismos son responsables de promover un ciclo de simbiosis y hacer que los nutrientes que ya están en el suelo estén disponibles para las plantas. Además, en el contexto de la agricultura regenerativa, los biofertilizantes se producen de forma sostenible.

En el caso de la regeneración de un suelo empobrecido, los procedimientos tienen como objetivo aportar agua, alimento y aire, haciéndolo apto para la siembra. En suelos agrícolas erosionados, en cambio, es necesario reponer su contenido de nutrientes, lo que ayudará a su proceso de regeneración.

Según los investigadores, la agricultura regenerativa puede ayudar a revertir el cambio climático. Algunas prácticas, como arar el suelo para plantar, provocan la emisión de carbono almacenado por raíces antiguas que se encuentran en la tierra. En la atmósfera, este elemento se combina con el oxígeno para formar dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero. La liberación de este carbono también perjudica la salud del suelo, ya que dificulta el crecimiento de nuevas plantas.

Mantener una raíz viva en el suelo en todo momento, como lo proporciona la agricultura regenerativa, ayuda a reciclar los nutrientes sin eliminar el carbono almacenado. Mientras tanto, el uso de compuestos orgánicos aumenta la variedad de microorganismos presentes en la tierra, que alimentan las plantas y ayudan a controlar las plagas. La siembra cruzada, es decir, más de una especie en el mismo espacio, también es una técnica importante en la agricultura regenerativa.

Estas prácticas agrícolas pueden ayudar a restaurar el equilibrio natural de suelos saludables. Según un informe del Instituto Rodale, el cambio a la agricultura regenerativa puede ayudar a absorber el 100% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera.