¿Cómo funcionan y cuáles son las alternativas a los detergentes?

Comprender más sobre el detergente, su fabricación, sus especificidades, sus impactos y alternativas.

Actualmente utilizamos varios productos para eliminar la suciedad y uno de los más habituales es el detergente. ¿Te has preguntado alguna vez cómo se fabrica y cómo funciona?

Pero primero, echemos un vistazo a cómo funcionan los jabones, incluido el detergente. Todos tienen sustancias llamadas tensioactivos, que disminuyen la tensión que se forma entre dos líquidos.

El detergente se utiliza para la limpieza, ya que puede interactuar con sustancias polares (agua) y no polares (suciedad). Así se produce la formación de micelas, que son gotitas de grasa atrapadas por moléculas de detergente. Este proceso de formación de micelas se llama emulsificación. Por lo tanto, elementos como el agua y el aceite pierden la capacidad de permanecer separados. No en vano solemos utilizar el producto para la limpieza en general. Ahora, seamos más específicos al respecto. Después de todo, ¿qué son los detergentes?

Detergente

Al igual que los jabones, los detergentes sintéticos son sustancias formadas por largas cadenas de carbono (no polares) con un grupo polar en un extremo. Al igual que el jabón, el detergente es un tensioactivo; son las sales de ácido sulfónico las que le confieren estas propiedades. Actualmente, existen muchos otros tipos de detergentes con diferentes estructuras, pero que invariablemente tienen una cadena no polar larga y un extremo polar.

En el caso de los detergentes, los surfactantes sintéticos provienen del petróleo y pueden o no ser biodegradables, sin embargo, en Brasil, por determinación legislativa, todos los detergentes comercializados deben contener surfactante biodegradable desde 1982, de acuerdo con los requisitos de la Agencia Nacional de Vigilancia. Salud (ANVISA).

Para un mayor poder de limpieza del detergente, se agregan agentes secuestrantes y quelantes. Estos compuestos eliminan los iones de calcio y magnesio que están presentes en el agua y que pueden reducir la acción del detergente. Si el detergente no tuviera estos compuestos, el tensioactivo reaccionaría con el exceso de iones de magnesio y calcio, formando una sal insoluble. De esta forma evitarían un buen lavado.

Para ello se pueden utilizar diversos tipos de sustancias, como por ejemplo fosfatos. Estos compuestos, a pesar de aumentar la eficiencia, abaratar el coste del producto final y no ser tóxicos, son, entre los aditivos utilizados en la fabricación de jabones y detergentes, los que causan mayores problemas al medio ambiente. Los fosfatos actúan en las fuentes de agua favoreciendo la proliferación excesiva de algas, que provocan la eutrofización del agua. Sin embargo, bajo una fuerte presión de los ambientalistas, preocupados por las consecuencias que ocasiona el uso indiscriminado de esta sustancia, aparecieron las primeras leyes que restringían la adición de fosfatos en los detergentes, en varias regiones del mundo.

En Brasil, con el objetivo de la reducción y posible eliminación del uso de fosfato en detergentes, el Consejo Nacional de Medio Ambiente creó la Resolución CONAMA 359/05, que establece la regulación del contenido de fósforo en detergentes para uso en el mercado nacional - estableció que el límite máximo de fósforo debería ser del 4,80%.

Otras sustancias presentes en pequeñas concentraciones son fragancias, tintes y espesantes. Estos compuestos tienen la función de hacer que el producto sea más atractivo para el consumidor, otorgando diferentes colores y aromas. Sin embargo, estas sustancias pueden representar un riesgo para la salud, como los compuestos orgánicos volátiles (COV) que se encuentran en las fragancias. Los espesantes, por otro lado, son sustancias que se utilizan para reducir aún más la tensión superficial del agua, asegurando más espuma y una mejor consistencia. Normalmente, se utiliza cloruro de sodio para esta función. Pero la espuma no siempre es signo de limpieza, ya que el espesante solo garantiza una mayor cantidad de espuma, pero no un mayor poder limpiador.

Las ventajas del detergente se deben a su funcionamiento en aguas duras y ácidas. Los detergentes de estas aguas no pierden su acción tensioactiva, mientras que los jabones a la piedra, en estos casos, reducen su eficacia hasta perder su poder limpiador. Las sales formadas por las reacciones de los detergentes con los iones calcio y magnesio, que se encuentran en el agua dura, no son completamente insolubles en agua, lo que permite que el tensioactivo permanezca en la solución y su posibilidad de acción. Sin embargo, los detergentes cuando se utilizan para lavar los platos, eliminan la grasa natural presente en las manos, provocando resequedad en la piel e incluso pueden causar irritación.

Impactos y alternativas

Cualquier producto de higiene tiene algún impacto. Lo importante es considerar siempre el uso y tomar las decisiones correctas. El detergente procede del petróleo, materia prima no renovable y contaminante. En los cuerpos de agua, provoca un fenómeno llamado eutrofización y daño a la vida acuática. Siempre que sea posible, evita el uso de detergente, busca alternativas de limpieza con productos caseros e igualmente eficientes, como vinagre y bicarbonato de sodio. Asegúrese de que el tensioactivo utilizado sea biodegradable y utilice solo la cantidad necesaria para la limpieza.


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