Arquitecto desarrolla ladrillos sostenibles que ayudan a reducir el impacto del carbono en la construcción

El 40% de las emisiones globales de CO2 están vinculadas a la industria de la construcción, principalmente por la producción exhaustiva del material y los procesos de disposición.

ladrillo sostenible

Los ladrillos se utilizan en aproximadamente el 80% de la construcción mundial, con 1,23 billones de unidades producidas cada año en todo el mundo. La fabricación es una práctica antigua y cubre una amplia variedad de métodos. Los modos de baja tecnología a menudo se basan en la quema de materiales peligrosos y terminan produciendo formas extremas de contaminación, lo que resulta en enfermedades respiratorias para el trabajador. Incluso los métodos más modernos siguen dependiendo de los combustibles fósiles y dan como resultado el mantenimiento de las emisiones de dióxido de carbono.

Las unidades de mampostería tradicionales hechas con ladrillos de arcilla se crean en un proceso que a menudo usa leña. Así, terminan siendo responsables de aproximadamente 800 millones de toneladas de emisiones globales de dióxido de carbono cada año, siendo más grande que la flota de aviación mundial.

Sin embargo, existe una búsqueda de alternativas sostenibles. El arquitecto Ginger Dosier desarrolló bioMason , una tecnología que fabrica ladrillos utilizando microorganismos para su uso en la construcción. El proceso de cementación se realiza a temperatura ambiente, y el ladrillo endurecido requiere menos de cinco días para formar, además de presentar resistencia, tiempo de producción y costos comparables a los de los ladrillos de arcilla; y por eso se presenta como una alternativa más segura, limpia y eficaz, según el creador.

Estos ladrillos utilizan tres componentes en su fabricación: agregados, biológicos y materias primas de nutrientes y minerales. Los agregados utilizables consisten en partículas que van desde arena, masa reciclada, dunas de arena e incluso polvo de carbón. Los biológicos son bacterias naturales responsables de inducir la formación de cemento. Y las materias primas son recursos globales abundantes, pero también pueden extraerse de los desechos industriales.

El objetivo de BioMason es reducir las emisiones globales de CO2, permitiendo a los fabricantes de mampostería incorporar esta tecnología en las líneas de producción existentes.

Según Ginger, su inspiración provino del libro "Biomimética: Innovación inspirada por la naturaleza", de la autora Janine Benyus. Esta área de la ciencia, denominada biomimética, busca estudiar las estrategias que utiliza la naturaleza para crear soluciones a los problemas actuales de la humanidad. En este caso, el criador quedó fascinado con cómo las conchas y los corales son capaces de formar biocementos fuertes a temperatura ambiente sin contaminar el medio ambiente circundante, mientras que localmente son una fuente de materiales necesarios.

Vea el video a continuación (en inglés) con una conferencia de Ginger, para más detalles.


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