2016 es el Año Internacional de las Legumbres: descubre los beneficios

Cuando se consumen con cereales, las legumbres forman una proteína completa, que es más barata que la proteína animal y, por lo tanto, más accesible para familias con escasos recursos económicos.

Imagen: FAO

Las Naciones Unidas declararon 2016 como el Año Internacional de las Leguminosas en reconocimiento al papel fundamental que juegan las leguminosas en la seguridad alimentaria y nutricional, en la adaptación al cambio climático, en la salud humana y en los suelos.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las legumbres tienen una relevancia importante para América Latina y el Caribe.

“La región es el centro de origen de muchas legumbres. Son parte de nuestra cultura ancestral y son un pilar fundamental de nuestra dieta actual ”, dijo Raúl Benítez, representante regional de la FAO.

Gran parte de la producción de leguminosas en la región está en manos de agricultores familiares que juegan un papel importante en el desarrollo rural, además de que el cultivo ayuda a mitigar el cambio climático mediante la fijación de nitrógeno en el suelo.

Según la FAO, estimular la producción y el consumo de legumbres es clave para abordar la creciente obesidad en la región, que afecta a un promedio del 22% de los adultos, y el hambre, que afecta a 34 millones de hombres, mujeres y niños.

Frijoles, lentejas, frijoles chinos (o frijoles mungo), garbanzos y frijoles azuki son algunos ejemplos de este tipo de alimentos. El famoso arroz y frijoles brasileños es uno de los platos descritos por la FAO como ejemplos de alimentos nutritivos (lea otros aquí).

Una comida completa

Las legumbres son fundamentales para una alimentación saludable. Incluso pequeños, están llenos de proteínas, que contienen el doble que en el maíz y tres veces más que en el arroz.

“Son una fantástica fuente de proteína vegetal, son bajas en grasas, no contienen colesterol ni gluten y son ricas en minerales y vitaminas”, explicó Benítez.

Cuando se consumen junto con los cereales, forman una proteína completa, que es más barata que la proteína animal y, por lo tanto, más accesible para familias con escasos recursos económicos.

“Esta mezcla es la base de la dieta tradicional de muchos lugares de América Latina y el Caribe, como el frijol y el maíz, o el frijol y el arroz que muchos de nosotros crecimos comiendo”, dijo Benítez.

Alimentos para las personas y el suelo

Las legumbres no solo contribuyen a una dieta saludable, sino que también son una fuente de ingresos para millones de agricultores familiares, responsables de cultivos en alternancia con otros cultivos por su capacidad de responder al nitrógeno de la tierra, mejorando la sostenibilidad de la producción.

Las leguminosas son una de las pocas plantas capaces de fijar nitrógeno atmosférico y convertirlo en amoniaco, enriqueciendo los suelos, a diferencia de la mayoría de las otras plantas que solo absorben nitrógeno del suelo y no lo reincorporan.

Esto permite mitigar el cambio climático ya que se reduce el uso de fertilizantes sintéticos, cuya fabricación implica un consumo energético intensivo, que emite gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Las legumbres también juegan un papel importante en la generación de empleo en América Latina y el Caribe, especialmente en el sector de la agricultura familiar, ya que son uno de los cultivos que se destacan en este sector.

Un tesoro genético para las generaciones futuras

Según la FAO, la gran diversidad de frijoles y otras leguminosas en la región representa un tesoro genético para crear nuevas variedades que pueden ser necesarias para enfrentar el cambio climático.

“Sin embargo, en muchas comunidades estas variedades ancestrales se están perdiendo por la homogeneización global que favorece solo algunos cultivos y alimentos, descuidando otros”, advirtió Benítez.

Según la FAO, las dietas a nivel mundial son cada vez más homogéneas y similares, y la dieta mundial depende principalmente del trigo, el maíz y la soja, junto con la carne y los productos lácteos.

Durante el Año Internacional de las Leguminosas, los países deben realizar un gran esfuerzo para revertir este fenómeno, salvaguardando la genética, la cultura asociada y el conocimiento de los pueblos indígenas que han mejorado las leguminosas durante cientos de años en la región.

Aliados en la lucha contra el hambre

Según la FAO, América Latina y el Caribe no solo tiene el diferencial de ser la fuente original de frijol y otras leguminosas, sino que también destaca por ser la que más ha avanzado en la lucha contra el hambre.

Las legumbres pueden ser aliados clave para que la región alcance la ambiciosa meta de acabar con el hambre en 2025, fecha asumida por el principal acuerdo regional sobre este tema, el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos. y Caribe (CELAC).

“Durante este año debemos celebrar los beneficios de las legumbres, reivindicar su papel en la alimentación y la nutrición y su relevancia en el desarrollo rural y en la mitigación del cambio climático”, concluyó Benítez.

Acceda al sitio web del Año Internacional de las Legumbres: www.fao.org/pulses-2016/es

Fuente: ONUBr