La obra será innovadora en cuanto a arquitectura y estará abierta al público
Imagen: divulgación
Una planta de conversión de residuos en energía será la más grande del mundo, con capacidad para incinerar 5.000 toneladas de residuos en un solo día. La construcción debería comenzar a finales de 2016, en la ciudad de Shenzen, China, y debería estar abierta para 2020.
Las empresas responsables del proyecto son Gottlieb Paludan y Schmidt Hammer Lassen , ambas danesas, quienes ganaron un concurso que seleccionó el mejor modelo para la planta. Las empresas pretenden hacer del proyecto un referente mundial en la producción de energía a partir de residuos, tanto en el uso de tecnología innovadora, como en ser un ejemplo de producción energética más sostenible, ya que China suele sufrir altos índices de contaminación producto de la quema de Combustibles fósiles en automóviles y generación de energía. La planta se construirá en una región montañosa de la ciudad china.
La cubierta de la planta tendrá una forma circular de 66 mil m² y tendrá más de la mitad (44 mil m²) de su extensión cubierta por paneles fotovoltaicos para generar energía, suficiente para mantener la planta en funcionamiento. Si los paneles generan más energía que la demanda interna, se destinará a la ciudad.
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La estructura circular albergará todas las partes del proceso de tratamiento de residuos en un solo edificio. El cambio de la tradicional estructura rectangular en la que los sectores se alejan entre sí tiene como objetivo reducir los impactos ambientales y los trabajos de excavación en la región, dijeron los arquitectos de Gottlieb Paludan.
La planta también estará abierta para visitas públicas. Así, la ciudadanía podrá conocer los procesos de producción de energía y también estar alerta de la necesidad de reducir la producción diaria de residuos.
Negocios en China
China es el país con mayor población y tiene el tercer producto interno bruto (PIB) del mundo, solo superado por Estados Unidos y Japón, además de tener características notables en relación a su potencial energético.
En 2010, China consumió alrededor del 14% de toda la energía del mundo y tenía una de las mayores reservas de carbón (una de las fuentes de energía más contaminantes) responsable del 70% de la distribución global. Según el Banco Mundial, la nación alberga 20 de las 30 ciudades más contaminantes de todas.
Para intentar cambiar esta imagen, China ha estado invirtiendo mucho en formas alternativas de energía. En 2009 se realizó una inversión de 35 mil millones de dólares en este sector (superando incluso a Estados Unidos).
Con esta inversión, el país comenzó a utilizar, en ese mismo año, el 9% de toda su energía como limpia y pretende alcanzar el rango del 15% para el 2020 (año de finalización de la planta de Shenzen).
