La investigación busca comprender por qué los cigarrillos causan un sentimiento de felicidad

Fumar estimula el flujo de sustancias químicas en el cerebro asociadas con una sensación de bienestar.

¿Qué tienen en común las películas francesas, italianas, estadounidenses y brasileñas realizadas en los años 60 y 70? Un buen conocedor del tema puede mencionar numerosas diferencias, como el hecho de que, en ese momento, el cine estadounidense se consolidaba como una industria millonaria, mientras que los cines europeos y brasileños producían películas más reflexivas e independientes. Cabe recordar que fue la época de la "nouvelle vague", en Francia y Glauber Rocha, en Brasil. Pero, aunque las ideologías eran diferentes, una cosa era común a todas ellas: no importaba si una película se inclinaba hacia la izquierda o hacia la derecha, siempre había un cigarrillo en el medio.

Como sabemos, muchas cosas, además de la publicidad, ayudaron a popularizar los cigarrillos. El sentimiento de libertad y transgresión combinado con un período de luchas y compromiso social contribuyó a hacer del cigarrillo un instrumento que expresaba la rebelión característica de la época. Evidentemente, no fue solo el encanto lo que mantuvo al cigarrillo en el mercado a lo largo de los años -aún con la gran difusión de los efectos nocivos para la salud que provoca- sino también su composición química, repleta de elementos adictivos que se encargan de la "fidelidad". el cliente.

El acto de fumar se convierte constantemente en una muleta para el usuario en momentos de tristeza, estrés y ansiedad, haciendo que la persona sienta una sensación de alivio después de cada calada. Aunque es muy común escuchar a las personas afirmar que la adicción es psicológica y que, por lo tanto, puede superarse con la fuerza de voluntad, no es prudente despreciar el poder de la química.

Según un nuevo estudio, los fumadores sienten esa sensación porque fumar estimula el flujo de sustancias químicas en el cerebro asociadas con "sentirse bien". El sistema cerebral afectado es el mismo estimulado por la morfina y la heroína. El estudio es el primero en mostrar cómo el tabaquismo afecta el sistema natural del cerebro con sustancias químicas llamadas opioides endógenos, que también ayudan a acabar con las sensaciones dolorosas y aumentan las emociones positivas. El sistema también se encarga de liberar endorfinas, que producen una sensación de bienestar.

Pruebas

Para realizar la prueba, los participantes estuvieron sin fumar durante 12 horas antes del inicio. A partir de ahí, cada persona fumaba dos cigarrillos sin nicotina y otros dos con nicotina, mientras se monitoreaba su cerebro. En cada paso, se les preguntó cómo se sentían.

"Parece que los fumadores tienen un flujo de opioides alterado todo el tiempo en comparación con los no fumadores, y fumar un cigarrillo altera el flujo entre un 20 y un 30 por ciento en las regiones del cerebro que son importantes para las emociones y el deseo", dijo David Scott, estudiante de posgrado en la Universidad de Michigan. "Este cambio en el flujo está relacionado con cambios en la forma en que los propios fumadores informaron sentirse antes y después de fumar".

En el estudio participaron solo seis fumadores, todos hombres de 20 años y que normalmente fuman 14 cigarrillos al día. Scott y sus colegas dicen que, a pesar del pequeño número de participantes, se sorprendieron por el gran efecto sobre los niveles de opioides. La encuesta se ampliará para incluir a más participantes.

Fuente: www.livescience.com