Los investigadores desarrollan un camuflaje inspirado en los moluscos y el pez cebra

La investigación puede contribuir a la creación de dispositivos y monitores de camuflaje más eficientes, así como a controlar la temperatura de los animales.

Cáscara

Ciertos tipos de moluscos son los animales de la clase de los cefalópodos que mejor se camuflan, según Roger Hanlon, del Laboratorio de Biología Marina, ubicado en Woods Hole, Massachusetts, EE. UU. Inspirándose en esta afirmación, los científicos de la Universidad de Bristol crearon músculos y pieles artificiales (para comprender mejor este procedimiento, mire el video a continuación, en inglés) que se comportan como los mismos órganos que los animales de esta clase de invertebrados.

Los cefalópodos tienen un camuflaje tan notable principalmente por sus cromatóforos (células de pigmento rojo, amarillo o marrón, que están controladas por el músculo). Los nervios, a su vez, provocan contracciones musculares que regulan el tamaño de estas células, lo que hace que los animales varíen el color de su piel y creen patrones de color cambiantes. Las papilas, o proyecciones en la piel, también ayudan a camuflarse cambiando la textura de la piel, lo que les permite mezclarse más rápidamente con sustancias como la arena.

La idea es que este invento sirva para crear un “outfit inteligente”, dando a sus usuarios el poder de “desaparecer” camuflándose en diferentes entornos. Para reproducir en el laboratorio la rápida expansión de los músculos, como ocurre en los animales cefalópodos, los científicos utilizaron polímeros altamente elásticos (elastómeros dieléctricos), que se conectaron a un circuito eléctrico. Estos polímeros se expanden cuando se aplica una corriente eléctrica y vuelven a su forma original cuando el circuito está cerrado. Comprenda mejor este proceso viendo el video a continuación:

En otro estudio, la fuente de inspiración fue el pez cebra, un miembro de la familia de los ciprínidos, que contiene una pequeña cantidad de líquido con pigmentos en su cuerpo. Cuando se activan, los pigmentos se extienden sobre la superficie de la piel y se extienden como tinta. Para imitar este sistema, los investigadores utilizaron portaobjetos de vidrio microscópicos que contenían una capa de silicona y dos bombas hechas con elastómeros elásticos, que estaban conectadas a un sistema central. Uno bombeó un líquido blanco opaco, el otro una mezcla de pintura negra y agua. Debido a que este mecanismo se basa en el fluido, es más lento que el mecanismo de los cefalópodos, que es impulsado por impulsos neurales. Aun así, se puede utilizar para controlar la temperatura del material. Por ejemplo,Si el depósito de líquido está cerca de la piel de una persona o de un motor caliente, se puede liberar a la superficie de la piel artificial para transferir calor y enfriar a la persona o al motor.

Esta investigación puede generar impactos de gran alcance en el campo de los metamateriales (caracterizados por tener propiedades ópticas que no se encuentran en materiales naturales), ya que tendrían moléculas orgánicas en lugar de los pigmentos de metales pesados ​​presentes en los materiales comúnmente utilizados; en estudios sobre redes de sensores; y en el diseño de pantallas que tengan más variedad de colores y opciones ópticas que los monitores actuales.

Sin embargo, como dice uno de los investigadores, hasta ahora se han dado los primeros pasos en el campo del camuflaje óptico. Jonathan Rossiter, profesor de ingeniería en Bristol, Inglaterra, explica que, por el momento, los cromatóforos artificiales se han construido con un solo color, pasando de más claro a más oscuro y viceversa. Esperan, desde el momento actual, crear modelos más complejos con más opciones de color.

Comprenda más sobre el estudio y el comportamiento de los animales encuestados viendo el video a continuación (en inglés).


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