¿Qué es el consumo consciente?

Cambiar hábitos e impulsar una sociedad más sostenible son la base del consumo consciente

Consumo consciente

Imagen de Fikri Rasyid por Unsplash

El primer paso para comprender qué es el consumo consciente es darse cuenta de que el consumo de cualquier cosa, ya sea un producto o servicio, tiene consecuencias tanto positivas como negativas. El acto de consumir afecta no solo a quienes realizan la compra, sino también al medio ambiente, la economía y la sociedad en su conjunto. Por eso es tan importante reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo, ser conscientes de la necesidad real de lo que consumimos y los posibles impactos que una compra puede provocar.

Producir menos residuos, conocer el origen y procesos de fabricación de los productos que compramos y conocer los impactos que causan a lo largo de su vida útil, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final, son algunas de las actitudes que forman parte del consumo. consciente. Esta mirada atenta a las externalidades del consumo es también lo que permite al consumidor consciente exigir cambios a las autoridades públicas. Obtenga más información sobre "¿Qué son las externalidades positivas y negativas?"

Como el consumidor es el final del ciclo productivo, estas son algunas de las actitudes que se pueden adoptar para minimizar el impacto ambiental de nuestro consumo. En otras palabras, el consumo consciente, también llamado consumo sostenible, no es más que consumir mejor, es un consumo diferente, apostando por el paradigma conductual del consumo inmediato, que busca sólo una rápida satisfacción y beneficio (desde el punto de vista de las empresas). ), sin considerar las consecuencias ambientales.

Según el Instituto Akatu, que trabaja para concienciar y movilizar a la sociedad sobre el tema, el consumidor consciente sabe que tiene un gran poder en sus manos a la hora de elegir un producto y una empresa productora, y puede transformar su compra en un acto de reconocimiento de buenas prácticas sostenibles. Todo comienza con un análisis previo de la necesidad: ¿realmente necesito comprar?

Si decide que sí, el consumidor debe definir las características que necesita en el producto, pensar cómo comprará, elegir al fabricante según su responsabilidad socioambiental en la producción, hacer un uso óptimo del producto para que tenga una vida útil más larga y , finalmente, defina una forma apropiada de eliminación. Solo así, tomando decisiones conscientes en cada una de estas fases, el consumidor podrá comparar y elegir la mejor opción.

De esta forma es posible minimizar los impactos de nuestro consumo en el planeta, ya que cada rubro afecta a todo el ecosistema, ya que consume agua, energía, petróleo y otras materias primas para su producción. Cada nuevo producto comprado representa un gasto adicional de recursos naturales y humanos, además de la disposición del artículo que está reemplazando. El consumo consciente es parte de toda sociedad que valora el desarrollo sostenible y es un paso importante hacia la construcción de una Economía Circular.

El consumo mundial, además de estar mal distribuido, está fuera de control: alrededor del 20% de la población mundial concentra el consumo del 80% de todos los productos y servicios del planeta, según el Instituto Akatu. Y cada año, más de 150 millones de nuevos consumidores ingresan al mercado. Esta estimación muestra que, en los próximos 20 años, tendremos tres mil millones de personas desperdiciando comida, tomando más tiempo del necesario en el baño, idolatrando los escaparates, haciendo cola en las tiendas y comprando en Internet.

Campaña contra el desperdicio de alimentos

Imagen: Folleto de la campaña "1/3 de todo lo que compras acabará en la basura", de Akatu Institute. Divulgar.

Este modelo no es sostenible a largo plazo y ya ha mostrado sus consecuencias, ya sea en lo que respecta al cambio climático o al tema de los vertederos que se acumulan en países como China, India y Bangladesh. La obsolescencia programada y otras estrategias de marketing comercial son lo opuesto al consumo consciente y debemos tener mucho cuidado de no caer en estas trampas.

Además de desempeñar su papel como eslabón final de la cadena de producción, es muy importante que el consumidor consciente cubra las acciones de las autoridades públicas. Actuar de forma más sostenible a nivel individual no es suficiente para que el mundo cambie su lógica de producción y consumo; es necesario actuar en conjunto, dar a conocer la causa, exigir leyes que regulen los procesos de producción y las sustancias permitidas en los artículos de uso diario. Exigir, como ciudadano, que gobiernos y empresas pongan su fuerza a favor de las personas y no solo en el lucro desenfrenado. Exigir el incentivo para una nueva economía.

Este es el tema del video Story of Change , de la serie Story of Stuff , creado por Annie Leonard. Revisa:


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