¿Con qué frecuencia te bañas?

Es posible que bañarse todos los días no sea un hábito tan saludable como cree

Bañarse

Bañarse todos los días es una práctica común y se considera un acto de higiene, al menos en Brasil. La mayoría de la gente cree que bañarse adecuadamente es bañarse con frecuencia y que este hábito mantendrá su cuerpo limpio y saludable. Sin embargo, así como es costumbre no lavarse el cabello todos los días para mantenerlo más saludable, bañarse todos los días tampoco es lo más recomendable. Vea cómo ducharse correctamente:

Frecuencia

Bañarse con regularidad es muy importante por varias razones. Esto ayuda a prevenir enfermedades y promueve una buena higiene. La frecuencia de este hábito depende de varios factores. Los expertos creen que la mayoría de las personas no necesitan bañarse todos los días por una sencilla razón: se previene el daño a la salud de la piel.

Por supuesto, existen varias excepciones a esta regla, como las personas que trabajan en lugares concurridos (con mucha gente), que van a un gimnasio todos los días o que trabajan en el campo de la salud. En verano es habitual bañarse por el aumento de temperatura y el exceso de sudor que trae, en esta época del año es muy recomendable bañarse con frecuencia.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, dos baños cada tres días son suficientes. Al no ducharse todos los días, su piel mantiene un equilibrio en la fabricación de lípidos que la protegen, haciéndola más radiante y saludable. Pero es importante recordar lavar siempre las zonas del cuerpo que necesitan más atención por motivos de higiene o por presentar olores, como las axilas y las partes íntimas. Lavarse las manos con frecuencia también es muy importante, ya que esto ayuda a prevenir enfermedades.

Cinco razones para no ducharse todos los días

1. Suaviza la piel

Nuestra piel recibe hidratación de dos fuentes principales: atrae la humedad presente en el aire y utiliza los aceites y el agua que libera nuestro cuerpo. Al tomar un baño caliente, los aceites se disuelven, dejando la piel menos hidratada.

Al disminuir la frecuencia de los baños, la piel producirá la cantidad ideal de aceite, creando un equilibrio natural: el resultado: una piel estéticamente más atractiva y más suave. Si sientes que necesitas más aceite, prueba optar por cremas y aceites orgánicos, como el de oliva, coco y jojoba.

2. Protege la piel

Las células muertas de la piel y los lípidos presentes en la capa más externa de la piel sirven como protección contra las bacterias y algunos químicos que pueden penetrar la piel. Cuando nos duchamos, los lípidos de las células muertas de esa capa se eliminan y perdemos esa protección.

Algunas bacterias beneficiosas que viven en la piel humana también se eliminan con agua caliente y jabón, lo que perjudica la protección, ya que ayudan en la formación de anticuerpos en las células.

3. Reduce las irritaciones de la piel.

Varios productos químicos presentes en los jabones y champús pueden contribuir a la irritación de la piel, especialmente en personas que padecen una afección alérgica, como dermatitis y psoriasis. El agua caliente a menudo empeora estos problemas. Disminuir la frecuencia de los baños puede ayudar a disminuir la cantidad de irritaciones.

4. Ayuda en la conquista

Nuestro aroma natural es una herramienta importante para la atracción sexual y la selección de parejas a nivel físico y psicológico. Esto significa que al disminuir la frecuencia de los baños, es posible obtener mejores resultados en la atracción de pareja. Por supuesto, si su olor se puede sentir a grandes distancias, puede ser una buena idea darse una buena ducha o incluso cambiar el desodorante que usa.

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5. Más ahorros en las facturas de agua y electricidad

Las duchas son en gran parte responsables del consumo de luz y agua en su hogar. Con menos baños, este consumo también disminuirá, ayudando al medio ambiente y al bolsillo.


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