¿Por qué no beber agua del grifo?

Incluso si se considera apta para el consumo, el agua del grifo puede contener varias sustancias susceptibles de causar graves daños a la salud.

Muchos se preguntan si beber agua del grifo es malo para la salud. Se considera apta para el consumo en varias regiones de Brasil, dependiendo del tratamiento realizado y la calidad del agua en el lugar. Sin embargo, a pesar de ello, beber agua directamente del grifo, sin ningún tipo de procedimiento para filtrarla, puede poner en riesgo tu salud.

Hay varios factores que pueden dañar (¡y mucho!) La calidad del agua, como un proceso de tratamiento inadecuado, un almacenamiento inadecuado o incluso un sistema de tuberías sucio y oxidado. Otro problema es que, para algunas sustancias, como los medicamentos que contaminan el agua, aún no existe un tratamiento adecuado para su eliminación.

Por supuesto, en comparación con el agua sin tratar, el agua que corre por nuestros grifos es una gran ventaja. Además, esta agua no te envenena ni produce efectos inmediatos, pero beberla durante un tiempo prolongado puede provocar graves daños a la salud. Consulta a continuación lo que se puede encontrar en el agua que sale del grifo:

Arsénico

Se considera carcinógeno. Científicamente hablando, está asociado con el cáncer de pulmón; se sospecha que también puede causar cáncer de vejiga y piel.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)

Se encuentran en los disolventes en general, estas sustancias terminan contaminando los cuerpos de agua. En el tratamiento del agua, eliminarlos es un proceso complicado e ineficaz para algunos compuestos, como los fenoles, que son muy solubles en agua. La exposición a este tipo de material puede producir dolores de cabeza, alergia cutánea, irritación de ojos, nariz y garganta, dificultad para respirar, fatiga, mareos y falta de memoria. Durante períodos prolongados de exposición, los COV pueden dañar el hígado y el sistema nervioso central.

Fluoruro

Hay algunos debates sobre los efectos de esta sustancia en la salud humana. Conocido popularmente solo como flúor, al mismo tiempo que protege los dientes de las caries, su ingesta excesiva puede contribuir al desarrollo de problemas de salud, como baja inmunidad, mayor riesgo de cáncer y supresión de la función tiroidea. La gran mayoría de países europeos ha prohibido el uso de esta sustancia en el tratamiento del agua.

Metales pesados

Los metales pesados ​​son tóxicos y, cuando se acumulan en nuestro cuerpo, pueden dañarlo. Cada uno tiene un cierto efecto en el ser humano, que varía según el período de exposición. El mercurio ataca el sistema nervioso; el plomo y el cadmio pueden causar cáncer (obtenga más información aquí); el arsénico se acumula en el riñón y el hígado, causando problemas en varios órganos; si hay exposición crónica, puede provocar cáncer debido a trastornos vasculares; el exceso de cromo genera potencialmente efectos secundarios, como cansancio, pérdida de apetito, tendencia a hematomas, náuseas, dolor de cabeza, mareos, alteraciones urinarias, hemorragias nasales y reacciones cutáneas como urticaria.

Bacterias y virus

Pueden aparecer en el agua expuesta al medio ambiente, ya sea a través de sistemas de plomería inadecuados o por almacenamiento en depósitos abiertos. Estos microorganismos son responsables de proporcionar varias enfermedades.

Aluminio

El agua del grifo puede contener grandes cantidades de aluminio, lo que potencialmente conduce a trastornos del sistema nervioso, problemas gastrointestinales, enfermedad de Parkinson, problemas de la piel, enfermedades del hígado y un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer.

Cloro

El cloro es muy utilizado en el tratamiento de aguas para eliminar microorganismos, por lo que es muy común en piscinas. Cuando se consume en altas concentraciones, es tóxico. Al interactuar con el agua, la sustancia crea trihalometanos (THM) que, cuando se ingieren, pueden estimular el crecimiento de radicales libres capaces de dañar y destruir las células. Los estudios apuntan a un vínculo entre el consumo de cloro y una mayor incidencia de cáncer de vejiga, recto y maná, además de problemas de fertilidad.

Medicamentos

La cantidad de drogas que se encuentran en los cuerpos de agua aumenta cada vez más. Es posible encontrar antibióticos, antidepresivos, anticonceptivos, entre otros. El problema es que las plantas de tratamiento no están preparadas para eliminar estas sustancias, que incluso en bajas concentraciones pueden causar daños a nuestra salud, especialmente si eres alérgico a alguna de ellas.

Soluciones

El agua mineral puede parecer una solución plausible, pero hay que tener en cuenta varios factores que hacen inviable esta opción. Además de tener un costo mucho mayor y generar toneladas de desperdicio en la producción de botellas de plástico (principalmente botellas de dos litros o 500 ml), causando daños al medio ambiente, su calidad no es mejor que el agua del grifo, además de tener otros sustancias que pueden resultar nocivas para nuestra salud. Uno es BPA, o bisfenol-A, una sustancia que se puede encontrar en botellas de plástico; con la acción mecánica o con el aumento de temperatura en la botella, el BPA contamina el agua. Esta sustancia está relacionada con varios problemas de salud, como cánceres, problemas hormonales, enfermedades cardíacas, diabetes, entre otros. Además de otros factores,Es por el BPA que no se recomienda la reutilización de botellas de agua (dos litros o 500 ml) debido a la posible contaminación de esta sustancia. Los riesgos se mitigan en gran medida en galones de diez o 20 litros, ya que no entran en contacto con la saliva humana, pero los problemas relacionados con el BPA persisten.

La mayoría de los problemas se encuentran en el almacenamiento de agua. Por ello, es importante limpiar los depósitos de agua con regularidad (al menos cada seis meses), además de mantenerlo siempre bien cerrado para asegurar su potabilidad. Otra solución es el uso de depuradores o filtros de agua que mejoran la calidad del agua, haciendo seguro su consumo al eliminar impurezas. Sin embargo, conviene recordar que, dependiendo del tipo de filtro o depurador, algunas sustancias y microorganismos acaban quedando en el agua, lo que aún puede traer algún daño a la salud. Sin embargo, esta se considera la mejor solución, además de ser la más barata.

Un método muy utilizado para tratar el agua casera es la ebullición. Este proceso elimina las bacterias y debe aplicarse en regiones donde el tratamiento del agua por suministro público no es ideal o apropiado. Sin embargo, este proceso no elimina los sedimentos que se encuentran en el agua - riesgos parciales para la salud de la misma manera.


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