¿Qué es el consumo sostenible?

Comprender qué es el consumo sostenible y cómo poner en práctica la idea.

consumo sostenible

Imágenes de Jeon Sang-O y OpenClipart-vectors en Pixabay

El consumo sostenible es una expresión muy utilizada en diferentes medios. Si buscas en buscadores de internet aparecerán miles de resultados diferentes con artículos científicos, novedades, ofertas de productos, entre otros. Cada uno de ellos tiene una forma diferente de definir qué es el consumo sostenible, una actitud importante que los consumidores contemporáneos deben adoptar para tener una huella más ligera y preservar el medio ambiente.

Las opciones para el consumo sostenible son variadas, solo mira: un chocolate sostenible, un jeans sostenible y hasta un cepillo de dientes sostenible. Pero, ¿qué significa realmente consumir este tipo de producto?

Los números hablan por si mismos. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), el mundo ya ha perdido, en la última década, un área mayor que dos estados de São Paulo en bosques. Y la contaminación del aire ya causa más de dos millones de muertes al año, según un estudio publicado por Enviromental Research Letters. Para el Informe de los problemas de contaminación peor del mundo, un informe elaborado por el Blacksmith Institute, la eliminación industrial de sustancias tóxicas, como plomo, cromo y mercurio, además de dañar el medio ambiente, ya ha reducido la vida de 17 millones de personas en los países en desarrollo. Ciertamente, la situación del planeta es preocupante y prácticas como el consumo sostenible pueden mitigar los daños ya causados ​​y evitar que ocurran otros. Pero para ponerlo en práctica es necesario entender bien qué es el consumo sostenible.

Consumo responsable

Desde la sartén que prepara su comida hasta el automóvil que conduce, todas las opciones de consumo traen algún tipo de consecuencia al mundo. Sin embargo, si esta consecuencia será buena o mala es lo que determinará si estás practicando un consumo sostenible o no.

Según el director del Instituto Akatu, Helio Mattar, el consumo mundial, además de estar mal distribuido, está fuera de control: alrededor del 20% de la población mundial concentra el consumo del 80% de todos los productos y servicios del planeta. Y cada año, más de 150 millones de nuevos consumidores ingresan al mercado. Esta estimación muestra que, en los próximos 20 años, tendremos tres mil millones de personas desperdiciando comida, tomando demasiado tiempo para bañarse, idolatrando los escaparates, haciendo cola en las tiendas y comprando en Internet.

Este paradigma conductual de consumo inmediato, que busca una rápida satisfacción sin considerar las consecuencias, necesita ser cambiado. De lo contrario, el daño causado al medio ambiente cobrará proporciones absurdas e irreversibles. El consumo sostenible puede ser una de las soluciones.

El consumo sostenible no es más que un consumo responsable y consciente, al contrario que el consumo inmediato. Según un estudio publicado en Cadernos Ebape por la Fundação Getúlio Vargas, la idea del consumo sostenible ha ido surgiendo gradualmente a lo largo de las generaciones. Y, en esta trayectoria histórica, tres factores actuaron juntos para el surgimiento del concepto de consumo sostenible: el ambientalismo público de la década de 1970, la ambientalización del sector público de la década de 1980 y el surgimiento de la preocupación empresarial de la década de 1990 sobre el impacto que los estilos de vida y hábitos de consumo tienen sobre el medio ambiente.

Qué es

Consumo verde, consumo sostenible, consumo consciente, consumo responsable. Según el Ministerio de Medio Ambiente, el consumo sostenible es aquel que implica la elección de productos que utilizan menos recursos naturales en su producción, que garantizan trabajos dignos a quienes los producen y que serán fácilmente reutilizados o reciclados. De esta forma, el consumo sostenible ocurre cuando nuestras elecciones de compra o adquisición son conscientes, responsables y con el entendimiento de que tendrán consecuencias ambientales y sociales. El consumidor que asume esta actitud es aquel que no es pasivo y que, por ello, tiene sentido crítico y reflexiona, no comprando un producto sólo porque los medios lo induzcan a hacerlo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), de la ONU, también considera que el consumo sostenible es aquel en el que existe el uso de servicios y productos que corresponden a las necesidades básicas de toda la población, además de traer calidad de vida y Reducir el daño al medio ambiente. Esto significa que el consumo sostenible presupone, sobre todo, una reducción en el uso de los recursos naturales y la producción de residuos y otros materiales tóxicos.

Para el Instituto Akatu, el consumo sostenible es aquel que valora:

  1. Productos duraderos más que desechables u obsolescencia acelerada;
  2. Producción y desarrollo local más que producción global;
  3. El uso compartido de productos más que la posesión y el uso individual;
  4. Publicidad sostenible y no consumista;
  5. Opciones virtuales más que materiales;
  6. La no desperdicio de alimentos, promoviendo su pleno aprovechamiento y alargando su vida útil;
  7. Satisfacción con el uso de los productos y no con la compra en exceso;
  8. Los productos y opciones más saludables;
  9. Emociones, ideas y experiencias más que productos materiales;
  10. Cooperación más que competencia.

Finalmente, podemos entender que el consumo sustentable es una cuestión de actitud del consumidor, que no toma en cuenta solo la compra del producto, sino también la producción que antecedió a la adquisición, uso y disposición. Se trata de un consumidor que no se ajusta a los patrones de consumo actuales impuestos y que no pone el medio ambiente al servicio de su satisfacción personal.

Poner en práctica

Mucha gente cree que el consumo sostenible es una práctica que solo concierne a la compra de productos cuya fabricación tuvo un bajo impacto ambiental y, por ello, son muy costosos.

Conocer las marcas que prefieres, prestar atención a la etiqueta de los productos, planificar bien tus compras, para evitar un consumismo excesivo son, según el Instituto Akatu, prácticas de un consumidor sostenible. Sin embargo, al contrario de lo que se imagina, el consumo sostenible va más allá y se puede practicar en base a cambios de comportamiento.

Dejar de comer carne y productos animales, por ejemplo, es una actitud sostenible, incluso más eficaz para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que detenerse en un automóvil, según los expertos. Reciclar los residuos domésticos, ahorrar electricidad, optar por frutas y verduras orgánicas y practicar el upcycle con objetos gastados y usados ​​son otras formas de practicar el consumo sostenible. Incluso entrar en el concepto de “hágalo usted mismo” y producir su propia pasta de dientes y su propio desinfectante es también una actitud de consumo sostenible.

Por eso es importante que la gente entienda que consumir no es solo comprar algo en el centro comercial. El consumo es también el agua que usas, la energía que usas y los alimentos que comes.

El Instituto Brasileño de Protección al Consumidor (Idec) y el Ministerio del Medio Ambiente han desarrollado una guía que presenta paso a paso cómo practicar el consumo sostenible. Estos son unos sencillos consejos que vale la pena poner en práctica:

  1. Para lavar el automóvil, use un balde en lugar de la manguera;
  2. Intente limitar su baño a un máximo de 5 minutos y cierre el grifo mientras se enjabona;
  3. Cuando lave los platos, use un recipiente para remojar los platos y cubiertos durante unos minutos antes de lavarlos. Esto ayuda a aflojar la suciedad. Luego, use agua corriente solo para enjuagar;
  4. Si tienes lavadora, úsala siempre con la carga máxima y ten cuidado con el exceso de jabón, para evitar un mayor número de aclarados.
  5. Evite abrir la puerta del frigorífico demasiado o durante mucho tiempo;
  6. A la hora de comprar, dé preferencia a las lámparas fluorescentes, compactas o circulares. Además de consumir menos energía, estas lámparas duran más que las demás;
  7. Al comprar un acondicionador de aire, elija un modelo adecuado para el tamaño del entorno en el que se utilizará. Prefiera dispositivos con control automático de temperatura y las marcas más eficientes (sepa cuáles, según el sello de Procel)
  8. Elija el compostaje como método de eliminación de sus desechos orgánicos (es seguro, eficiente y no causa ninguna contaminación, además de crear un fertilizante nuevo y fértil para sus plantas).

Con un ojo en Brasil

En cuanto a la sostenibilidad, Brasil aún debe recorrer un largo camino hacia la conciencia. Consulta algunos consejos en nuestra sección Consuma Consciência y, la próxima vez que vayas de compras o te duches, recuerda que todo lo que hayas hecho hoy resonará en la posteridad.


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