¿Qué es la anemia hemolítica?

La anemia hemolítica es una afección autoinmune en la que los anticuerpos del cuerpo destruyen los glóbulos rojos.

anemia hemolítica

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La anemia hemolítica autoinmune (AHAI) es una enfermedad caracterizada por la destrucción de los glóbulos rojos causada por los propios anticuerpos del cuerpo, llamados "autoanticuerpos". Hay tres tipos diferentes de anemia hemolítica: caliente, fría y mixta.

Anemia hemolítica caliente

En la anemia hemolítica autoinmune caliente, los autoanticuerpos reaccionan con más fuerza a una temperatura corporal de 37 ° C.

Anemia hemolítica fría

En la anemia hemolítica autoinmune por frío, la destrucción de los glóbulos rojos se produce a temperaturas entre 4º y 18ºC.

Anemia hemolítica mixta

En forma mixta, coexisten los dos tipos de autoanticuerpos (calientes y fríos).

La anemia hemolítica autoinmune puede asociarse con enfermedades crónicas, uso de medicamentos o neoplasias. Sin embargo, es una condición muy rara.

Síntomas de anemia hemolítica.

Los síntomas más comunes de la anemia hemolítica son disnea (molestias para respirar), fatiga, palpitaciones y dolor de cabeza. La afección también puede causar palidez e ictericia.

En los niños, la anemia hemolítica suele ser autolimitada (tiene un período limitado y determinado); en adultos, suele ser crónica y puede mostrar exacerbación y remisión con el tiempo.

Diagnóstico

Hay varias formas de diagnosticar la anemia hemolítica. Uno es mediante un hemograma con recuento de plaquetas. También es posible diagnosticar la anemia hemolítica mediante las pruebas de Coombs y las pruebas de hemólisis; entre otros.

Tratamiento

El tratamiento tiene como objetivo reducir el grado de destrucción de los glóbulos rojos, lo que conduce a un aumento de los niveles de hemoglobina y mejora los síntomas de la anemia hemolítica. Si la enfermedad es causada por el uso de medicamentos, es necesario suspenderlos.

La identificación correcta del tipo de anemia hemolítica es fundamental, ya que el tratamiento y la evolución de la enfermedad son diferentes. Hay expertos en la materia que abogan por el tratamiento con ácido fólico, ya que la deficiencia de ácido fólico puede resultar en una crisis megaloblástica, que es cuando la médula espinal no puede fabricar adecuadamente los glóbulos rojos, provocando anemia severa.

En anemia hemolítica caliente, se utilizan glucocorticoides, esplenectomía o inmunosupresores.

En la anemia hemolítica por frío, el tratamiento se realiza básicamente con protección contra el frío. Se aconseja al paciente que se mantenga caliente incluso durante el verano. Es muy recomendable la protección de las extremidades (cabeza, pies y manos). En la forma primaria, las tasas de respuesta al tratamiento son bajas, generalmente inferiores al 20%, por lo que la indicación de tratamiento farmacológico, habitualmente con inmunosupresores o agentes citotóxicos, se realiza solo en los casos con mayor deterioro de la calidad de vida. Otra modalidad terapéutica es la plasmaféresis, una técnica de transfusión que permite la extracción de plasma sanguíneo de un donante o de un paciente.

Con tratamiento, se espera una reducción en el grado de destrucción de glóbulos rojos, lo que lleva a un aumento de los niveles de hemoglobina y una mejora de los síntomas de la anemia hemolítica.