El impacto del uso de plaguicidas y la fabricación de plaguicidas suele ser irreversible
Con el crecimiento constante de la población mundial, la producción agrícola debe volverse cada vez más eficiente a lo largo de los años. Esta es la principal justificación para la fabricación y comercialización de fertilizantes y pesticidas.
Pero, ¿se puede utilizar esta justificación como pretexto para la intoxicación de los animales, el medio ambiente y los seres humanos? ¿No existen alternativas al uso de este tipo de producto?
Para comenzar esta discusión, necesitamos saber qué son los pesticidas. Este tipo de producto es un compuesto químico cuyo ingrediente activo acaba con varios tipos de plagas (de ahí el nombre pesticida) que perjudican la productividad agrícola de un cultivo. Estas plagas pueden ser insectos, malezas, hongos, gusanos, roedores y muchas otras plagas.
Impactos ambientales
En general, los pesticidas son tóxicos, independientemente del compuesto que se utilice, algunos menos y otros más dañinos para la salud humana y el medio ambiente.
Uno de los problemas más comunes es la contaminación del suelo, las aguas subterráneas y los ríos y lagos. Cuando se utiliza el plaguicida, llega al suelo y la lluvia, o el sistema de riego propio de la plantación, facilita la llegada de plaguicidas a los cuerpos de agua, contaminando e intoxicando toda la vida allí presente.
Un buen ejemplo de cómo actúa este tipo de producto tóxico se puede ver en insecticidas, como los organoclorados y organofosforados. Ambos son bioacumulativos, lo que significa que el compuesto permanece en el cuerpo del insecto o pez después de su muerte. Si cualquier otro animal se alimenta de un ser contaminado, también se intoxicará, y así sucesivamente, aumentando el alcance del problema.
El uso de pesticidas también contribuye al empobrecimiento del suelo. Los estudios muestran que el uso de pesticidas reduce la eficiencia de la fijación de nitrógeno que realizan los microorganismos, lo que hace que el uso de fertilizantes sea cada vez más necesario.
Los plaguicidas también favorecen la aparición de plagas progresivamente más fuertes, mediante un proceso de “selección natural”, en el que animales más resistentes a los plaguicidas ocupan el lugar de las especies más susceptibles. Este proceso también acaba garantizando el mantenimiento de la producción de plaguicidas.
Otros problemas que se han detectado en los estudios son la disminución del número de abejas polinizadoras y la destrucción de los hábitats de las aves en entornos donde se utilizan pesticidas.
Salud humana
La salud humana se ve afectada por los plaguicidas de tres formas: durante la fabricación, en el momento de la aplicación y al consumir un producto contaminado. Independientemente de la forma de contacto, los efectos son extremadamente peligrosos.
Los problemas neurológicos, como la enfermedad de Alzheimer, están asociados con la exposición a insecticidas organofosforados, así como con el desarrollo del trastorno por déficit de atención con hiperactividad en los niños. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) considera que este compuesto es un posible carcinógeno.
La EPA afirma que el efecto del pesticida depende del ingrediente activo que contenga. Los síntomas pueden variar desde irritación de la piel hasta problemas hormonales y el desarrollo de cáncer.
En 2007, los investigadores encontraron, después de realizar una encuesta, que la mayoría de los estudios revelan la asociación entre la exposición a pesticidas y el desarrollo de linfoma no Hodgkin y leucemia.
Para las mujeres embarazadas, el riesgo se duplica. Los investigadores señalan la fuerte evidencia que vincula el contacto con pesticidas con problemas durante el embarazo, como la muerte de fetos, defectos de nacimiento, problemas con el desarrollo neurológico, disminución del tiempo de gestación y bajo peso del bebé.
Los estudios estiman que aproximadamente 25 millones de trabajadores agrícolas en países pobres sufren alguna forma de intoxicación causada por la exposición a plaguicidas. Hay varias situaciones comprobadas, como el caso de dos grandes multinacionales que firmaron un convenio en 2013 para indemnizar R $ 200 millones involucrando alrededor de mil trabajadores contaminados con sustancias cancerígenas, entre 1974 y 2002, en una fábrica de plaguicidas en Paulínia, en el interior de São Paulo.
Alternativas
Todos estos problemas se vuelven especialmente importantes para Brasil porque es una de las principales fronteras agrícolas del planeta. Por lo tanto, es importante discutir alternativas saludables a los pesticidas.
Una de las posibles alternativas para la sustitución de plaguicidas son los bioplaguicidas. Según la EPA, el término se refiere a productos elaborados a partir de microorganismos, sustancias naturales o derivados de plantas modificadas genéticamente, que controlan plagas.
Para el consumidor final, la situación es más compleja, ya que es difícil saber si el productor utilizó bioplaguicidas en sus cultivos o no. La opción es elegir, preferiblemente, alimentos orgánicos y lavar siempre las frutas y verduras, independientemente de su origen. Para obtener consejos sobre cómo deshacerse de los pesticidas alimentarios de manera eficiente y usar productos que se encuentran en el hogar, lea nuestro artículo sobre el tema.
La presión popular también es importante. Averigüe qué pesticidas se liberan en Brasil y presione a las autoridades para que creen leyes cada vez más restrictivas que regulen el uso de este tipo de producto. La Campaña Permanente Contra los Plaguicidas y Por la Vida es una organización que se ocupa del tema. Visite su sitio web para obtener más información sobre sus actividades.