La ecología profunda cree en el valor intrínseco de la naturaleza, independientemente de su valor de uso.
La ecología profunda es una expresión acuñada por el filósofo noruego Arne Næss en 1973. El concepto sostiene que la naturaleza tiene un valor intrínseco , independientemente de su valor de uso por parte de los humanos. En este sentido, la ecología profunda cuestiona el utilitarismo ecológico.
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La ecología profunda es una filosofía antirracionalista y su principal objetivo es cambiar el enfoque de la sociedad del antropocentrismo al biocentrismo. En la ecología profunda, la naturaleza es un bien en sí misma y todos los seres tienen una importancia similar. La idea de la ecología profunda valora la drástica reducción de la población humana y su intervención en la naturaleza.
Original text
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- El bienestar y el desarrollo de la vida humana y no humana en la Tierra tienen valor en sí mismos. Estos valores son independientes de la utilidad del mundo no humano para propósitos humanos;
- La riqueza y diversidad de las formas de vida contribuyen a la realización de estos valores y son también valores en sí mismos;
- Los seres humanos no tienen derecho a reducir esta riqueza y diversidad, excepto para satisfacer sus necesidades vitales;
- El florecimiento de la vida y las culturas humanas es compatible con una disminución sustancial de la población humana. El florecimiento de la vida no humana requiere esta disminución;
- La actual interferencia humana en el mundo no humano es excesiva y la situación está empeorando rápidamente;
- Por tanto, las políticas deben cambiarse. Estas políticas afectan las estructuras económicas, tecnológicas e ideológicas básicas. El estado de cosas resultante será profundamente diferente al actual;
- El cambio ideológico es principalmente para apreciar la calidad de vida (vivir en situaciones de valor inherente) en lugar de adherirse a un nivel de vida cada vez más alto. Habrá un profundo cambio de conciencia;
- Quienes creen en los principios de la ecología profunda tienen la obligación, directa o indirectamente, de intentar implementar los cambios necesarios.
Ecología profunda versus cosmovisión hegemónica
La ecología profunda tiene supuestos opuestos a la cosmovisión hegemónica. Mientras que la ecología profunda valora la armonía con la naturaleza, su valor intrínseco y la igualdad entre especies, la cosmovisión hegemónica cree que el ser humano tiene el dominio de la naturaleza y que es solo un recurso para satisfacer nuestras necesidades.
La economía en ecología profunda
Los defensores de la ecología profunda ven las metas materiales como un medio no esencial para lograr la autorrealización. A diferencia de la cosmovisión hegemónica, en la que el crecimiento económico y material se ve, necesariamente, como base del crecimiento humano.
Además, la cosmovisión hegemónica cree en la gran cantidad de reservas y recursos, en progreso y en soluciones basadas en alta tecnología; el consumismo y la comunidad nacionalista centralizada. Si bien la ecología profunda cree que el planeta tiene recursos limitados, que ya contamos con la tecnología adecuada y que la ciencia no debe ser dominante, dando espacio al reconocimiento de las tradiciones minoritarias, haciendo todo lo posible por el reciclaje. La ecología profunda defiende el concepto de biorregiones y no una sociedad globalizada, que no respeta las particularidades locales.
Para la ecología profunda, antes de la revolución industrial, la sociedad estaba en armonía con el medio ambiente natural.
Principios
El principio más significativo de la ecología profunda es el supuesto de que el mundo no existe como un recurso que los seres humanos puedan explotar libremente.
Los defensores de la ecología profunda creen que los bienes materiales no garantizan la felicidad más allá de un nivel muy superficial. Para ellos también el consumo excesivo pone en riesgo la biosfera y por eso es necesario que la humanidad defina un nuevo paradigma de bienestar no consumista. La ética de la ecología profunda sostiene que la supervivencia de cualquier parte depende del bienestar del todo. Pero además de esta base principal, hay ocho principios rectores de la ecología profunda: