Fabricado con cartón, el embalaje, que sigue siendo solo un concepto, evita residuos y emisiones.
El envase de pasta de dientes convencional consta de plástico (75%) y aluminio (25%). Y, aunque se puede reciclar, hay que tapar el tubo para el proceso de recogida para no contaminar otros productos o el agua misma con esa pequeña pasta que nunca logramos sacar de ella.
Pensando en los problemas ambientales, logísticos y prácticos provocados por este tipo de envases, los estudiantes de diseño de la Universidad de las Artes de Londres, Sang Min Yu y Wong Sang Lee, desarrollaron un nuevo concepto. Un embalaje hecho de plástico y cartón, que no necesita un segundo embalaje para su protección y aún permite el uso completo del contenido, sin que el usuario tenga que apretar el tubo.
El papel de cartón, como el plástico, también es reciclable. Compuesto por papel, aluminio y polietileno, se mezcla con agua y luego se somete a un proceso térmico para tener las tres partes separadas. El papel se puede volver a utilizar en la producción de cartón, láminas y plantillas, por ejemplo. Plástico, en la producción de láminas y tejas para construcción civil o retorno a la industria de la fundición. Y el polietileno se transforma en parafina y se usa en detergentes o como combustible.
Además de reducir la cantidad de papel usado y seguir siendo envases reciclables, se facilita la logística de transporte de productos. Se transportan más paquetes a la vez, lo que reduce el uso de camiones y, en consecuencia, las emisiones de CO2. Además, el producto se puede utilizar hasta el final, evitando desperdicios y suciedad.
Es un concepto, por lo que solo se han creado algunos prototipos. Pero es una idea excelente que todas las empresas de pasta de dientes deberían estudiar.
- ¿Cómo desechar el tubo de pasta de dientes?