El empaque de pizza que se convierte en platos reduce el impacto ambiental

Los avances tecnológicos no siempre son necesarios para desarrollar un producto ecológico y más funcional

El intento de sacar las bolsas de plástico de los mercados del estado de São Paulo, en 2012, fue una forma de minimizar la contaminación, según sus creadores. La medida fue controvertida y tuvo que retroceder, pero esa no fue la única fuente de contaminantes plásticos. Buena parte de los productos colocados dentro de las ecobags tenían envases de plástico. En otras palabras, el uso de las bolsas tiene un impacto medioambiental, pero también es necesario repensar el resto de envases.

Además, después de abrir los paquetes, el contenido suele almacenarse en frascos de plástico o vidrio, que después de su uso deben lavarse, requiriendo el consumo de agua y detergente. En todo el proceso, desde la compra hasta la eliminación, se utilizó aceite para producir las materias primas del empaque y la olla, además del agua, que es un recurso natural de suma importancia. Por no hablar del detergente, que es un contaminante, si no es un jabón biodegradable.

Posible solución creativa

Una alternativa a estos problemas sería un paquete que tuviera otras funciones antes de ser descartado. GreenBox consigue combinar todo esto de una forma sencilla e inteligente. En un principio la idea se aplicó a una caja de pizza, un alimento que no es precisamente saludable, pero al menos se puede reducir el impacto ambiental del consumo y nada impide que se aplique el mismo principio a otros productos, ya que simplemente no podemos evitar utilizamos envases.

La caja viene con piezas desmontables que facilitan el consumo. La tapa se divide fácilmente en cuatro para usarla como plato. Y el espacio de la caja donde se sirvieron las lonchas se puede transformar en una nueva tapa. Simplemente separe dos piezas del lateral de la caja original. El material utilizado es cartón marrón, por lo que es posible compostar el producto en lugar de desecharlo de la forma convencional, ya que no hubo blanqueo con cloro ni uso excesivo de pintura. Para comprender mejor este empaque funcional, vea el video a continuación. Es inevitable pensar: ¿cómo nadie antes había tenido esta idea?