Ocho hábitos para una vida sana

Tener una vida saludable es una cuestión de hábito: implementa cambios simples en las actitudes cotidianas y sé más consciente de tus acciones.

Desayuno

Imagen de Brooke Lark en Unsplash

Una vida sana trae varios beneficios en términos de calidad de vida y también para el medio ambiente. Al principio, tu cuerpo te lo agradece, ya que tendrá más resistencia con un sistema inmunológico fuerte, previniendo enfermedades. Entonces, el medio ambiente se degradará menos debido a actitudes más conscientes y saludables, como andar en bicicleta y caminar, en lugar de usar el automóvil y subir las escaleras, en lugar de usar el ascensor.

Pero solo es posible lograr este estilo de vida saludable con un cambio de hábitos y una mayor conciencia de las acciones diarias. Cambiar el comportamiento y la rutina son medidas necesarias para tener una vida saludable. Para ayudarlo con estos cambios, a continuación encontrará algunos consejos, hábitos y pasos que debe seguir.

Hábitos para una vida sana

Lávese las manos con frecuencia

La mayoría de las personas se tocan los ojos o la nariz una vez cada tres horas. Esta costumbre no es buena, ya que cada roce puede contener virus. Por lo tanto, es importante lavarse las manos no solo antes de comer, sino muchas veces al día, para terminar con el intercambio de gérmenes.

Bebe mucha más agua de lo normal

El mismo aire seco del invierno que hace que los labios se quiebren también absorbe la humedad de la nariz y la garganta. La capacidad de defenderse de los virus antes de que se apoderen de su cuerpo depende de un flujo constante de secreciones, que son ayudadas por el agua. Por lo tanto, beba al menos de ocho a diez vasos al día. Tenga cuidado con las bebidas con cafeína, ya que deshidratan el cuerpo.

Disminuir las porciones

Es realmente saludable comer de cinco a siete comidas al día, es decir, cada tres o cuatro horas. Esto ayuda a no sobrecargar su sistema digestivo, además de mantener su nivel de energía y ayudar a combatir los antojos de azúcar. Su nivel de azúcar en sangre bajará cada tres o cuatro horas. Cuando se cae, también lo hace su nivel de energía, incluida su capacidad para hacer frente al estrés y concentrarse. Y ahí es donde aparece el deseo de consumir azúcar, de dar energía. Por lo tanto, coma pequeñas cantidades de carbohidratos complejos y proteínas en estas pequeñas comidas.

Abandonar el azúcar

Los adultos consumen un promedio de 135 libras de azúcar al año. La mayoría de las personas no pueden metabolizar el azúcar que consumen porque rápidamente se convierte en grasa. Y cuando se ingiere azúcar, el sistema inmunológico se "congela" por hasta dos horas, durante las cuales los virus y otros organismos extraños pueden atacar su sistema, obstaculizando sus planes para una vida saludable. Cuando tenga ganas de comer dulces, intente dejar algunas frutas congeladas, como moras, uvas o piña, para consumir más tarde. Poner trozos de plátano en su yogur también puede ser una delicia.

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Nunca te saltes el desayuno

Piense en su cuerpo como una hoguera que "muere" de la noche a la mañana. Por la mañana, necesita ser alimentado para mantenerse erguido y saludable. Y el desayuno es la forma de recuperar la forma del cuerpo, con energía. Recuerda que el desayuno es la comida más importante del día, así que cuando te despiertes no te saltes el café, come una comida copiosa, para que puedas tener mucha energía hasta el almuerzo.

Come verduras siempre

Las verduras son un depósito de vitaminas y minerales esenciales para tu salud, es decir, son esenciales para una vida sana. Ayudarán a proteger contra los resfriados y la gripe, especialmente las verduras más coloridas, porque tienen más nutrientes. En determinadas épocas del año, comer muchos alimentos ricos en vitaminas A y C, como el camote y la calabaza, ayuda a estimular nuestro sistema inmunológico. Vea más beneficios de tener una dieta vegetariana.

No tengas un estilo de vida sedentario, practica deportes

La práctica de ejercicios físicos es un paso importante para lograr una vida sana. El ejercicio ayuda a aumentar la energía, reducir el estrés y aún así mantener su peso bajo control. Haz un programa de actividades físicas y agrégalo a tu rutina; en primer lugar, agregue el factor diversión, realice entrenamientos divertidos y deportes. Trate de escuchar música mientras camina, leer libros mientras está en la bicicleta estática, ver las noticias mientras camina en la cinta. Siempre que sea posible, pídale a un amigo que haga el ejercicio con usted, ya que esto hace que la actividad sea más divertida y usted se involucra más en ella. Y recuerde, su cuerpo necesita uno o dos días de descanso.

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Dormir bien es muy importante

Duerme de siete a ocho horas todas las noches. Incluso si tiene que reorganizar su horario, duerma lo suficiente. Más de una noche de insomnio o falta de sueño puede afectar seriamente su sistema inmunológico.

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