Los colores de los efluentes: comprenda las diferencias entre aguas grises y aguas negras

La nomenclatura según los colores del agua indica su origen y facilita el tratamiento

Comprender qué es, las diferencias y definiciones de aguas grises y aguas negras.

¿Has oído hablar de aguas grises y aguas negras? El primero es el efluente que proviene de lavadoras, duchas y lavabos; el segundo es el de los inodoros. Ambos tipos se consideran efluentes que componen las aguas residuales domésticas, pero se diferencian por el lugar de generación y composición y pueden ser reutilizados. Todavía existen algunas referencias que utilizan el término agua amarilla para los efluentes que contienen solo orina.

El efluente que contiene heces, orina y papel higiénico se genera en el baño de las casas y tiene microorganismos patógenos que necesitan ser eliminados mediante tratamiento, ya que pueden dañar la salud humana y el medio ambiente.

Algunas definiciones también clasifican el agua de cocina como agua negra, debido a la alta concentración de materia orgánica y aceites presentes en el efluente.

El efluente que no tiene aporte de los baños, se considera agua gris, como ya se explicó es el agua que se usa para lavar la ropa, los lavabos y las duchas. Como la composición de esta agua no tiene tantos componentes nocivos para la salud y el medio ambiente, el tratamiento es relativamente sencillo, dependiendo del propósito de reutilización y se puede instalar en casa.

Existen referencias que subdividen la terminología de este efluente en claro y oscuro. El efluente gris claro no incluye aguas residuales de fregaderos de cocina en su composición, por lo tanto el color más claro. El efluente gris oscuro, por su parte, incluye agua de fregaderos de cocina y lavavajillas, lo que lo ensucia, por lo tanto, oscuro por la cantidad de impurezas que se encuentran.

Tratamiento y reutilización

Esta diferenciación entre colores es importante porque facilita la caracterización y el tratamiento final del efluente: las aguas grises necesitan un tratamiento más sencillo, mientras que las aguas negras necesitan un tratamiento más complejo. La segregación de cada tipo de efluente en la fuente de generación permite el adecuado tratamiento de los efluentes, siendo la solución para mejorar la eficiencia en la reutilización del agua. Por lo tanto, son necesarios cambios en la estructura hidráulica para separar los dos colores principales del agua, evitando cualquier contacto entre ellos.

Dado que el agua de los baños, las lavadoras y los lavabos de los baños representan la mayor parte de los efluentes domésticos, la separación de los dos tipos de efluentes reduce considerablemente el volumen de aguas residuales, lo que permite que las plantas de tratamiento sean más compactas y descentralizadas.

Existen varios tipos de tratamientos para la reutilización de aguas negras y grises. Los tratamientos físicos consisten en aplicar filtros para eliminar partículas sólidas. Los tratamientos físico-químicos utilizan filtros y productos químicos para la coagulación, floculación o desinfección. Los sistemas biológicos son procesos naturales en los que los microorganismos degradan la materia orgánica, tales procesos pueden acelerarse.

Dentro de cada tipo de tratamiento existen varias tecnologías para el tratamiento de aguas negras y grises. Todavía no es muy común tratar las aguas negras en casa, debido a la peligrosidad y complejidad de los pasos del tratamiento. Por tanto, lo más común es la disposición de este efluente en la red de alcantarillado.

La reutilización de aguas grises es más sencilla: existe la posibilidad de implementar un sistema de tratamiento en la propia residencia. Existen empresas especializadas que diseñan la Estación Compacta de Tratamiento de Aguas Grises (Etac) con el proceso más adecuado según el volumen de efluente generado y el propósito de reutilización.

Problemas

Un problema importante es la falta de legislación federal sobre el agua reutilizada, lo que dificulta la estandarización del tratamiento y los parámetros finales a alcanzar. La NBR 13969 de 1997 regula la reutilización de aguas residuales domésticas tratadas, es decir, aguas negras. Sin embargo, dice que el agua generada en las lavadoras se puede utilizar para descargar inodoros después de someterse solo a un proceso de desinfección (que puede ser la simple adición de cloro). Se presentan otros parámetros de calidad del agua en función del uso y contacto con el usuario.

Esto plantea preguntas como: ¿las aguas grises realmente necesitan tratamiento para ser reutilizadas con fines no potable? El manual del IPT, sobre la reutilización de este tipo de agua en situaciones de emergencia, orienta a los usuarios a recoger el agua del baño y de la lavadora y tratarla solo con lejía y reutilizarla para fines no potables, como el lavado de automóviles y suelos, riego de jardines y enjuague en lavabos sanitarios con el menor contacto posible con el agua.

Por tanto, una legislación rectora para la reutilización del agua representa un incentivo para esta práctica, ya que facilitará la clasificación de las acuarelas y la instalación de un sistema adecuado y estandarizado. Al reutilizar el agua, los usuarios están reduciendo el consumo de agua en las redes de suministro, reduciendo la demanda de las plantas de tratamiento de aguas residuales y, en consecuencia, ahorrando los recursos naturales.

Vea el video sobre la reutilización del agua en el baño.


Fuente: Fiesp y Ufes

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