¿Qué es la dermatitis atópica?

Enfermedad inflamatoria de la piel, la dermatitis atópica tiene influencia genética y causa picazón severa de la piel.

Dermatitis atópica

Imagen: Dra. Letícia Dexheimer

La dermatitis atópica, también conocida como eccema atópico, es uno de los tipos más comunes de dermatitis, caracterizada como una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta a alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo. Tiene influencia genética y se asocia a cambios inmunológicos con reacciones alérgicas. La dermatitis atópica provoca cambios en la barrera protectora de la piel, con erupciones con picor y picor, que aparecen con mayor frecuencia en los pliegues de los brazos y la parte posterior de las rodillas.

Muy común entre los niños, los primeros síntomas suelen aparecer a partir de los tres meses de edad y suelen empezar a desaparecer a los cinco años. Sin embargo, las crisis pueden ocurrir con frecuencia, con la posibilidad de durar hasta la edad adulta. En los adultos, la dermatitis atópica suele ser una enfermedad prolongada o recurrente y puede ir acompañada de alergias respiratorias, como rinitis alérgica y asma.

Síntomas

La dermatitis atópica se caracteriza por la sequedad de la piel, con manchas blanquecinas, asperezas, enrojecimiento, inflamación y un intenso picor de las zonas lesionadas. Las personas con dermatitis atópica tienden a tener la piel seca y es más probable que brote en el invierno, debido a los baños muy calientes y al contacto con la ropa de lana. Sin embargo, si se descubre temprano, es posible disminuir la frecuencia e intensidad de los ataques. Vea algunos de los síntomas:

  • Secreción o sangrado del oído;
  • Zonas despellejadas de la piel causadas por picazón;
  • Cambios en el color de la piel;
  • Piel más clara o más oscura que su tono normal;
  • Enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las ampollas.
  • Zonas gruesas o correosas, que pueden aparecer después de una irritación y picazón prolongadas.

Los síntomas de la dermatitis atópica mejoran y empeoran según el período en el que viva la persona o durante el cambio de estaciones.

Prevención

Normalmente, la dermatitis atópica es genética, por lo que es difícil prevenir su primera aparición y no tiene cura. Sin embargo, es posible prevenir los ataques manteniendo la piel bien hidratada, y el baño es fundamental.

La dermatitis puede provocar un picor intenso, y rascarse la lesión puede irritarla y lesionarla aún más, lo que facilita la invasión y contaminación de las heridas por bacterias. A pesar de esto, la dermatitis atópica no es una enfermedad contagiosa y no existe riesgo de transmisión.

Tratos

El tratamiento de la dermatitis atópica suele basarse en fármacos, con el objetivo de controlar el picor, reducir la inflamación de la piel y prevenir las recurrencias. Consulte a su médico para verificar sus opciones. En principio, es probable que le receten una crema o un ungüento de cortisona (o esteroide) suave. Si estos no funcionan, es posible que necesite medicamentos orales.

Sin embargo, cuidar su piel en casa puede disminuir la necesidad de medicación. Tome medidas para mejorar la recuperación; consulte los ejemplos:
  • Mantenga su piel hidratada (con aceites, ungüentos o cremas humectantes; las cremas humectantes no deben contener alcohol, perfumes, fragancias, tintes u otros productos químicos);
  • Evite los baños largos y calientes, no use jabón directamente sobre la piel lesionada y prefiera lociones limpiadoras;
  • Alivie la picazón usando compresas frías y medicamentos antihistamínicos;
  • Mantenga las uñas de los niños cortas: considere usar guantes ligeros si la picazón durante la noche es un problema;
  • Evite las telas de lana;
  • Evite los cambios bruscos de temperatura corporal y el estrés, que pueden provocar sudoración y empeorar la situación;
  • No se frote ni seque la piel con demasiada fuerza ni durante demasiado tiempo. Nunca use esponjas vegetales o exfoliantes.

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