El Ártico es un nuevo objetivo para las empresas petroleras

Pese a los problemas medioambientales, la disputa por conseguir cada vez más petróleo continúa

El derretimiento de los casquetes polares es una consecuencia del calentamiento global y una confirmación de los efectos negativos de la acción humana en el planeta. Este problema ambiental, como muchos otros, está directamente asociado con el uso de combustibles fósiles. Aun así, la búsqueda de petróleo sigue siendo ostensiblemente. La economía mundial aún depende de este recurso mineral y esto motiva la investigación para expandir la exploración, en contraste con la investigación que busca fuentes alternativas de energía. El próximo objetivo de las empresas petroleras es el Ártico, donde el lecho marino contiene una inmensa cantidad de petróleo y gas.

La codicia por el dinero, el poder y la influencia distorsiona los problemas ambientales en favor de los beneficios económicos. El derretimiento del hielo del Ártico ha facilitado el acceso a la región y ha abierto nuevas rutas marítimas, lo que hace que la inversión en la exploración de los aproximadamente 83 mil millones de barriles de petróleo sea financieramente viable en condiciones climáticas tan severas. El derretimiento del Ártico ha provocado una disputa entre Rusia, Canadá, Noruega y Estados Unidos por el derecho a lucrar, independientemente de los riesgos asociados con los desastres ambientales.

El ecosistema ártico es muy sensible a cualquier tipo de contaminante y un derrame de petróleo causaría graves daños. El casquete polar es fundamental para el equilibrio de la Tierra y, además, los seres vivos de esa región no habitan en otro lugar del planeta. Aun así, existe interés en la extracción de petróleo en el Ártico.

Existen algunas técnicas para contener un derrame de petróleo, pero ninguna completamente eficiente, especialmente en condiciones tan extremas. En el Ártico, donde la temperatura alcanza los -50 ° C y que durante algunos meses del año permanece en total oscuridad, los métodos adoptados hoy no son 100% eficientes. En otras palabras, en este sentido, será necesario desarrollar tecnologías específicas adaptadas al clima hostil de la región. El desastre en el Golfo de México en 2010 fue un testimonio de las dificultades para contener un derrame importante y reveló la necesidad de invertir en nuevas tecnologías para resolver los posibles problemas derivados de la extracción.

A pesar de estos obstáculos naturales, Shell, una empresa estadounidense de exploración de petróleo, está a punto de comenzar a explorar este recurso mineral en el Ártico. Esto desencadenará una carrera por el petróleo, como ocurre en África y Oriente Medio. De confirmarse esto, pronto habrá más desencuentros políticos, económicos y principalmente ambientales motivados por el oro negro.

Para intentar presionar a las autoridades internacionales, Greenpeace, a través del proyecto savetheartic, busca recolectar tres millones de firmas en línea para transformar el Ártico en un santuario ecológico. Si desea suscribirse u obtener más información sobre el tema, visite //www.salveoartico.org.br/pt.

Brasil y el Pre-Sal

Brasil tiene una matriz energética de referencia ante todo el mundo, pero sigue pasos similares a los de los países del hemisferio norte. Tras el descubrimiento del Pre-Sal, se dedicaron muchos recursos al desarrollo de tecnologías para la perforación de pozos a grandes profundidades. De hecho, los planes se hacen con dinero que ni siquiera se ha hecho realidad, dado que muchos apuestan sus fichas por el Pre-Salt, creyendo que todos los problemas del país se resolverán milagrosamente.

Incluso con la inversión en biodiésel, etanol y otras fuentes de energía limpia, el petróleo sigue siendo un recurso muy valioso. El descubrimiento de una cantidad tan grande de petróleo, en aguas brasileñas, ha movilizado a la Unión y los estados brasileños para decidir quién debe beneficiarse y cuál es la mejor manera de hacer esta exploración.

La presencia de petróleo en un territorio tiende a entorpecer otras iniciativas económicas, provocando dependencia de dólares de exploración. Muchos países miembros de la OPEP, por ejemplo, tienen una economía frágil porque se basan casi exclusivamente en el petróleo, lo que dificulta el desarrollo de otros sectores.

El petróleo existente en el subsuelo marino, tanto en el presal como en el Ártico, requiere una gran inversión y esfuerzos para desarrollar nuevas técnicas y maquinaria para la extracción de algo tan contaminante y ambientalmente dañino para el planeta. Tal compromiso hace cada vez más difícil creer en la existencia de una economía con menor impacto en el planeta.


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