El desequilibrio electrolítico puede causar mareos y convulsiones.
¿Has oído hablar de los electrolitos? ¿No? ¡Ahí vas! Los electrolitos son fuentes inmediatas de energía que ayudan a hidratar el cuerpo. Se encuentran comúnmente en bebidas deportivas (utilizadas como suplementos o incluso recomendadas por los médicos en casos de pacientes que sufren vómitos y diarreas).
¿Qué son los electrolitos y cómo funcionan?
El término médico, básicamente, significa una sal o un ión en la sangre u otro fluido corporal. En pocas palabras, son solo minerales en nuestro cuerpo que tienen una carga eléctrica (los electrolitos comunes incluyen potasio, sodio y calcio). Esta carga eléctrica permite la regulación de una serie de procesos: manejo de la presión arterial y pH, reconstrucción de tejidos dañados, contracción muscular, hidratación, entre otros. El cuerpo utiliza electrolitos como mecanismo para mantener sus propias tensiones celulares, lo que permite que los músculos se contraigan como y cuando quiera.
¿Cómo puede afectar un desequilibrio electrolítico al cuerpo?
Los riñones trabajan junto con otras hormonas para mantener en equilibrio los niveles de electrolitos. Dado que son responsables del funcionamiento de otros procesos corporales, los desequilibrios de electrolitos en el cuerpo pueden causar riesgos para la salud e incluso para la vida. Estos desequilibrios pueden ser temporales y leves (que provocan mareos, cansancio y problemas musculares) o prolongados y graves (que provocan fluctuaciones en la frecuencia cardíaca, confusión mental, cambios en la presión arterial y convulsiones).
¿Cuándo estar pendiente de la eliminación de electrolitos?
Los electrolitos están presentes en los fluidos corporales y, tan pronto como los elimine a través del sudor, vómitos, diarrea, micción (orinando más de lo normal), lo más probable es que esté eliminando electrolitos. Es por eso que después de un entrenamiento o la gripe, nos sentimos tan agotados. La pérdida de electrolitos en el organismo puede presentar síntomas como: fiebre alta, deshidratación y problemas renales. Los factores que pueden influir en las posibilidades de desarrollar un desequilibrio electrolítico son los problemas de salud, como los problemas renales, cardíacos o diabéticos, que pueden provocar trastornos como la bulimia y la anorexia nerviosa.
¿Cómo reemplazar los electrolitos?
La mejor forma de reponer los electrolitos eliminados después de un entrenamiento, por ejemplo, es a través de la comida. Además de aquellas bebidas deportivas que tienen mucha azúcar en su composición (por lo tanto, no son muy recomendables), también es posible sustituirlas por plátanos (gran opción de fuente de potasio), leche o yogur (reponer calcio), alimentos salados (reponer sodio perdido) y agua de coco (rica en potasio, sodio, cloruro y vitaminas). Después de una larga noche de muchas bebidas alcohólicas, no solo necesita un impulso electrolítico, realmente necesita mucha agua, ya que el alcohol interfiere con la absorción de líquidos, lo que puede provocar deshidratación.
Alerta a deportistas y ancianos
Con un estrés corporal vigoroso, los atletas tienden a perder mucho más sudor en un período de tiempo muy corto, lo que resulta en un desequilibrio electrolítico temporal causado por la pérdida de sodio del cuerpo. Los ancianos no se quedan fuera de esto, ya que la función de los riñones tiende a deteriorarse con los años, ya que estos son de suma importancia para mantener en equilibrio los niveles de electrolitos. Factores como estos, que forman parte de una mejor edad, desafortunadamente pueden contribuir al desequilibrio electrolítico en los ancianos, especialmente aquellos que padecen enfermedades, toman muchos medicamentos, tienen discapacidades cognitivas y quienes se someten a quimioterapia.
Fuente: Spry living
