La idea surgió de la prohibición de pintar calles y muros en la ciudad de Barcelona en 2006
Lo que para mucha gente es suciedad, se convierte en materia prima para cuestionar las obras de arte de la sociedad de consumo. Cuando vivía en Barcelona, en 2006, el español Francisco Pájaro ya era un artista que practicaba intervenciones urbanas. Sin embargo, una ley que entró en vigor exactamente ese año prohibió que los equipamientos públicos urbanos fueran objeto de obras.
"De repente, se eliminó toda libertad. Se fueron todos los mejores artistas de Barcelona. No podía pintar el suelo, las paredes, pero en la basura estaba permitido y empecé a pintar una silla, un colchón, materiales de desecho y, poco a poco fui haciendo pequeños descubrimientos ”, dice el artista, en su blog.
Llevando el lema "el arte es basura" hasta las últimas consecuencias, Pájaro se trasladó a Londres y empezó a intervenir en la ciudad, pero también organizó exposiciones en lugares cerrados. Vea más imágenes a continuación e ingrese al blog del artista para obtener más información sobre su trabajo:
