Contaminación visual: comprenda sus impactos

La contaminación visual causa varios tipos de daños que pueden estresar y afectar la atención.

Contaminación visual

Joe Yates en imagen Unsplash

La contaminación visual es el exceso de elementos visuales creados por el hombre que se difunden, generalmente, en las grandes ciudades y que promueven cierto malestar visual y espacial. Este tipo de contaminación puede ser provocada por anuncios, anuncios, letreros, postes, cables eléctricos, basura, torres telefónicas, entre otros.

La contaminación visual, que trabaja junto a la contaminación lumínica, está muy presente en los grandes núcleos urbanos por la gran cantidad de anuncios publicitarios y su falta de armonía con el entorno, exagerando la atención de los habitantes.

Además del daño cosmético, este tipo de contaminación puede ser peligroso para los conductores y otras personas. Un edificio de vidrio puede reflejar la luz del sol, creando una contaminación visual que obstruye la vista de quienes conducen vehículos en las carreteras. Los anuncios ubicados cerca de las redes de carreteras también pueden distraer a los conductores mientras conducen y provocar accidentes.

Problemas como el estrés y las molestias visuales también están relacionados con la contaminación visual. Un estudio reciente de la Universidad A&M en Texas, EE. UU., Mostró cómo la contaminación visual está relacionada con estos problemas. Después de haber llevado a cabo situaciones estresantes, las personas estudiadas utilizaron dos tipos de vías: una hacia el interior con poca o ninguna publicidad y otra llena de publicidad y otros elementos causantes de contaminación visual. Los niveles de estrés disminuyeron rápidamente en las personas que utilizaron el primer tipo de vía, mientras que se mantuvo alto en las que utilizaron el segundo tipo.

Otros daños negativos provocados por la publicidad excesiva son el incentivo al consumo, que puede generar problemas, como obesidad, tabaquismo, alcoholismo y aumento de la generación de residuos (ya sea por la propia publicidad o por la eliminación de productos que ofrece la publicidad).

Para el comerciante, también hay daños. El uso excesivo de letreros y vallas publicitarias provoca que las personas que están sometidas a esta constante descarga de información las ignoren, provocando así un efecto contrario al que se pretendía inicialmente.

Aquí en Brasil es fácil ver el impacto de la contaminación visual en tiempos de elecciones. Además del estrés y el malestar que genera la campaña electoral, la carga ambiental de distribuir folletos con el número de candidatos (el famoso “santo pequeño”) es inmensa.

Por cada tonelada de papel producida se consumen aproximadamente 20 árboles y 100 mil litros de agua. “En las elecciones municipales de 2012, fue necesario talar aproximadamente 600 mil árboles y consumir tres mil millones de litros de agua en el país para producir este material”, dice el estudio de Karina Marcos Bedran, maestra en derecho ambiental y desarrollo sostenible. Otro problema relacionado con estos folletos es su destino, generando una gran cantidad de basura, obstruyendo las alcantarillas y pueden provocar inundaciones.

Para inhibir o controlar este tipo de contaminación, una posibilidad es la creación de leyes que regulen el uso de la publicidad, que son las principales causas de este tipo de daños. En São Paulo y en algunas otras ciudades, se implementaron regulaciones que ordenan el paisaje del municipio y tienen como objetivo equilibrar los elementos que componen el paisaje urbano, restringiendo la publicidad externa como vallas publicitarias , pancartas, carteles y tótems.